PASEANDO POR BAÑOS.Calle Fugitivos
El nombre ya es muy sugerente. Termina Santa María y a la derecha se inicia en gran pendiente, la Calle Fugitivos. Pero su nombre de siempre, es Fugitivos y no “de los Fugitivos”, y eso lo atestigua el antiguo letrero, que aún está en la esquina.
En el número dos está la casa donde nací, hoy vive mi madre. La Casa es del siglo XIX, perteneció a la familia Reig Jordán y luego a doña Etelvina Vasco Gil, y por herencia a su sobrino D. Julio Vasco Escalante, que la vendió a mi tío abuelo Joaquín, que la reformó a finales de los años, de estilo sevillano, con rejería, sin duda, de Úbeda en balcones y ventanas, azulejos y escudo nobiliario. Tiene una terraza que cubre la entrada y que está llena de plantas y flores así como la ventana del comedor, que da a Santa Maria. Desde esa terraza se tenía una vista privilegiada del ruedo, perdida hoy por las construcciones
En el número uno, hay una casa blasonada, que perteneció a la familia Medinilla. Vivió Ramón Cañizares, y en ella tenía el horno y la panadería y pasaba en ella muchos ratos jugando. Recuerdo cuando traían de la sierra las cargas de “monte”, que luego inundaba su olor la calle, al encenderse.
Mas abajo la casa de Bernardo. Recuerdo cuando entraba el caballo blanco y jugar en su corral y subido al pesebre. Mas abajo Juan Canales, y las sastras, la mesa de cortar, las tijeras, que serían grandes, pero a mi me parecían gigantescas, el jaboncillo, las planchas de carbón, las sillas bajitas y tantos recuerdos.
Por esta calle se baja a la Cestería y a la calle de las Eras.
DMC.