Baños nunca tuvo sitios para divertirse, como pasa en las ciudades, aunque si tenia cine, el Cine Lóez y algunos veranos incluso dos, López y Buenavista, pero si dispusimos de un magnifico embalse, y de unas colas, que aunque peligrosas (recuerdo que contaban los que se habían ahogado; los chiquillos acompañaban a las madres a lavar la ropa, se aburrían, se metían, sin saber nadar y cuando se daban cuenta no hacían pie, la madre detrás a salvarlo y una desgracia), fueron nuestra diversión, nuestro descanso y nuestro campo de entrenamiento.
Por eso lo primero que te enseñaban era a nadar y a nadar bien, y hasta que no te cruzabas la cola, por la Cayetana, acompañado de un mayor, no te "daban el alta". Aguas tranquilas sin corrientes, ni hoyas, ni remolinos peligrosos. Aguas caídas y agradables para el baño y la pesca.
Bajábamos por los Turumbetes a esos cabeceros, antes de Cayetana, o a Las Colmenillas, un poco más allá, según estaba el año y había bajado la cola.
Un verano al terminar el Preuniversitario, un grupo de amigos de Linares del Instituto, nos vinimos a pasar una semana de camping en el llano del final del Tamujoso, dando ya a la colilla. Unos vinimos en bicicleta, y otros en el "Mariano" con las tiendas y el ato para esos días.
Me dejaron una barca de las de siempre, y recuerdo aquellos paseos a o largo de las colas, aquellos baños, al despertar, o a la luz de la luna, teniendo cuidado de no alejarnos ni de darnos con una piedra. Teníamos las tiendas amplias y cómodas, que con poco mas de 20 años, dormías encima de las piedras. Seria por el año 1964.
Casi todos los días alguno se llegaba a Baños, no había carretera, solo el camino, pero siempre había que comprar algo, como el pan del día, o hacer alguna llamada para que las familias estuvieran tranquilas.
Fueron unos días maravillosos que no pudimos repetir, pues ya entramos en la Universidad, y los estudios mas fuertes nos lo impidieron, pero el recuerdo de aquellos días no se podrá borrar.
DMC