ANTONIO
GONZALEZ “EL TUBERISTA” GUARDIAN Y ALADID DEL CASTILLO DE BURGALIMAR DE
BAÑOS DE LA ENCINA
Para mí, que vivo a la entrada de la Calle de
Santa María del Cueto, Antonio, era como de la familia.
Me entere de su muerte, al saludar a Bernabé,
su hijo, en la plaza, y al preguntarle, “¿Que tal, como van las cosas?” al
responderme me di cuenta de que algo pasaba. “¿No te has enterado? Respondió y
al decirle que no, es cuando me contó que hacia unos días, tres semanas, había muerto
su padre, Antonio. Me quedé consternado
Subí con el la calle, va todas las tardes a
ver a Dolores, su madre, hasta Santa María.
Se lo dije, Bernabé, se nota su ausencia, su
presencia, cerca del muro, contemplando el Ruedo y el Castillo.
Conocía el Castillo, como nadie y se lo había
enseñado a nacionales y extranjeros.
Tenia cientos de anécdotas y lo quería como a
su casa misma, mucho mas.
Un día llegaron tres moros, pasaron por su
casa y el amablemente los acompaño con la llave en la mano. Al llegar a la
puerta, los moritos, bastantes insolentes y con muy mal talente le dijeron:
“Eso es nuestro, desde hace muchos siglos” “ ¿ Si, le contestó Antonio, que es
vuestro?. Me cago en…, hijos de pu…, que os lo enseñe vuestra pu.. madre. Anda
veros, y no vengáis más”. Los moritos se quedaron sin ver “su” castillo.
Estuve en la casa para dale un fuerte abrazo
a Dolores, y a Bernabé, le comendaba que quería poner algo, pero que le tenia
tano afecto y respeto a su padre, que
nunca me atreví a hacerle alguna fotografía.
El Señor Günter Martin, residente en Kostanz (En
Alemania del Estado de Badem Wutemberg, a orillas del Lago de su nombre), con
fecha 7 de octubre de 1996, le escribía lo siguiente: Muy señor mío: El mayo de
este año estuve con mi esposa en Andalucía y visitamos muchas ciudades. Cuando
estuvimos en Baños, Usted hizo el favor de abrir la puerta del castillo para nosotros.
Para recordar a usted y su pueblo y castillo bello, mi esposa hizo una foto de
usted con migo. ¡Recuerda usted? Otra vez muchas gracias por su afabilidad. Le
saluda atentamente. Prof. Günter Martín”
En una foto, unos murcianos, María Dolores y
Juanjo, le escriben a Antonio can este cariño: Cuídate y que sigas con ese animo de vivir la vida!!! Y sobre todo con
esa alegría que tienes en tu gran corazón!!!
Numerosísimas
las anécdotas a lo largo de tantos años, en la que se ve el cariño, respeto y admiración
que le tenían, quizás, como pasa siempre, mas los de fuera que los naturales del pueblo.
Antonio seguirá por las almenas, por el llano
de Santa María, entre los coches, siguiendo las primillas, saludando, siempre
con ese respeto, quitándose la gorrilla, al estrechar su mano, con su gancha,
su sonrisa, su amabilidad, su cariño y atención a todos.
No te podremos olvidar y siempre estarás
entre nosotros.
DMC