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24 noviembre 2010

EN  LA SIERRA (BAÑOS DE LA ENCINA)

Me ha cautivado este paisaje, sencillo, colorista, con multitud de verdes. La casa en ruinas es un icono, un cuadro, un paisaje humano, su situación, su entorno, los arboles destacados, el prado, el barranco, las luces y las sombras.
PASEO  A  PEÑALOSA (BAÑOS DE LA ENCINA) POR LA COLA

El pasado día 19 de noviembre, con una mañana con nubes y claros, cumplí un deseo que tenía hacía tiempo Recorrer la antigua vereda de las aguas y llegar a Peñalosa.

Dejamos el coche en los Charcones, y tómanos las veredas que pudimos, pues del poco uso ya están mas que perdidas.

Las almenas del Castillo nos protegían y poco a poco se iba agrandando, hasta llegar a todo su esplendor. La cola este año plena, a la derecha el pueblo y la vereda de los Turumbetes, por donde bajábamos a bañarnos de muchachos, los cabeceros, el cerro de la Llanada ahora desconocido, la colilla del Pilarejo, las Colmenillas y ya la del Cerro Moyano.

Por nuestro lado, saltamos la cerca para los animales y se intuye la cúpula de la Fuente Cayetana.

El terreno está muy resbaladizo y mojado, de la lluvia anterior; el Castillo se ve alejando hasta que se pierde en una revuelta y aparece ya Peñalosa; oímos y luego vemos cientos de gaviotas, que vienen a los basureros de Linares, y descansa en las aguas de nuestras colas.

La Peña, que dio nombre al yacimiento, es grande y desde abajo impresionante. Recordaba al pasar, al hermano de Paco Mono, cabrero, que buscando unos nidos, calló al vacío. Recuerdo a su madre pasar por la puerta de casa, llorando, gritando, tirándose los pelos del inmenso dolor.

El poblado no lo reconozco, se ha construido de nuevo. El sitio es muy bonito y el entorno maravilloso.

Al regreso en el Huerto del Rojo, cogemos granadas; siempre fueron muy ricas, y quedan grande granados.

(Las fotos de todo el paseo, en mi galería)
DMC
LAS MOTOS DESTROZAN LA DEHESA DE BAÑOS DE LA ENCINA

Uno pasea por los pinos, busca níscalos, o disfruta con el paisaje, hace algo de ejercicio y se gratifica, no solo los pulmones, sino el espíritu.

La tarde esta lluviosa y algunas nieblas, misteriosas sobre las colas de Migaldias.

Pero lo que de verdad da pena, es ver como el monte se deteriora por culpa de las motos, que van haciendo veredas, que se convierten en desgarros de nuestro monte, donde se pierde la tierra fecunda.

¿No es posible evitarlo? He visto por otras partes algunas señales de prohibición, Bailén lo resolvió. ¿Qué es lo que nos pasa a los de Baños? ¿Son los motoristas de la localidad o vienen de fuera? He oído que pueden venir de fuera y que algún guarda había autorizado a un club de La Carolina.

Si no se pone remedio, nuestros montes se irán descarnando, y lo que ahora es una pequeña herida, una brecha, terminaran por ser una barranquera.

Y el paisaje es una maravilla, un descanso para el cuerpo y el alma, un relajo, una escuela de plantas y árboles, un a alegría al recolectar  con todo cuidado los níscalos y las setas conocidas.

¡Cuidemos  nuestra dehesa del Santo Cristo! Ha costado tanto conservarla en la desamortización y recuperarla, se había dado en garantía de un préstamo a una familia local, a principios del siglo XX, potenciarla y ponerla en valor económico, pulmón para el pueblo y zona de paseo y  expansión para todos.

¡Disfrutemos de ella!

DMC.