Desperté esta mañana con el agua en la
ventana, pero no, aquí no termina el verano con San Mateo, como en Baños, aquí sigue
y sigue el tiempo bueno y agradable y las lluvias son cortas, aunque algunas
veces, como en el trópico, intensas.
En Baños, como comentaba con la Fiesta de San Mateo, titular
de la Parroquia yla despedida de la Virgen en San Marcos que regresaba a su
Santuario entre los olivos. En aquellas andas que se le cerraban las cortillas
para que el polvo dl camino no entrara. Y allí en su Santuario, todo el año
hasta Septiembre próximo.
Recuerdo los veranos, largos y calurosos,
pero con la libertad de no tener colegio y esar en el pueblo un poco a “sus
anchas”.
Dias largos y siestas interminables, y
tiempo, mucho tiempo para perder. Leía bastante. Empezaba con esta ilusión y
los libros me los bebía.
Las colas nuestro refugio a diría y como
mucho a “Las Colmenillas”. Algún domingo al Tamujoso, a la Picoza, siempre
andando, claro, siguiendo la vereda, con sandias para refrescar y sol, todo el
sol.
Las tardes en la huerta. Disfrutaba y tenia
mis eras con mis rábanos y los hortelanos se enfadaban cuando pisábamos donde
no debíamos.
En época de era, me gustaba la trilla, la
parva y sacar el grano aventando, el “Gaspachuelo” del Chache. Los chascarrillos,
las bromas. Guardar el grano en aquellos sacos de lola alargados y estrechos la
paja en las barcinas con el picazón del polvillo.
A las
cuatro la Doctrina cristiana en la Parroquia a las cuatro, arregladitos y Don
Manuel nos daba una chuchería al finalizar.
Esperábamos los Esclavos y a los pocos días de
nuevo a Sevilla y a empezar el Colegio.
El verano era largo y había mas cosas, muchas
mas cosas. Los piñones, los chumbos, los martillicos, los cines de verano, a
comer pipas, los tornasoles de las huertas, el calor y el tiempo, mucho tiempo
.
Los recuerdos, pasado el tiempo se mantienen,
DMC