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23 junio 2009

VERANOS EN BAÑOS DE LA ENCINA


El día 21 entraba oficialmente, astronómicamente, diría yo, el verano, pero las temperaturas, lo anunciaron hace varios días, y eso que aquí en Tenerife, aunque la gente dice que hace calor, se respira, se vive, y se puede dormir, y luego el mar con sus brisas modera las temperaturas.


Antes para mi era motivo de vacaciones, y cuando era pequeño y vivíamos en Sevilla, era volver a Baños, donde estábamos todo el verano, hasta después de los Esclavos, era un largo y caluroso verano, pero éramos muy jóvenes y casi no nos dábamos cuenta.

No había agua corriente, ni neveras, ni ventiladores, ni por supuesto aire acondicionado, el hielo, hasta que Luis Chapa, puso la fábrica, mas abajo de Don Inocente, venia de Linares, en una especia de cestos de pleita, revueltas las barras en paja.


Tampoco había coca-cola, pero si zarzaparrilla; recuerdo que en el bar de Segunda la preparaban muy bien y luego con agua de la jarra de barro de Andujar o del botijo , los colorados de La Rambla ,Córdoba. La pajita, era de verdad de caña y no de plástico, venían en una bolsita de papel.


Si teníamos las colas, como ahora, pero íbamos andando a los cabeceros de la bajada de los Turumbetes, frente a la Cayetana, a las Colmenillas, pasando por el Pilarejo, donde recordábamos las historias que por las noches, aquellas noches calurosas, nos contaban tirados en el frescor del suelo, y ya los domingos al Tamujoso, normalmente con alguna “sendia”, que refrescábamos en la cola.

Las tardes a la huerta a la alberca y como eran tan largas, íbamos pasando de huerta en huerta, a bañarnos y siempre caía algo de fruta, con gran enfado y gritos de los hortelanos.

Se cenaba en el patio, que se regaba por la tarde, con una lata lleva de agujeros en el culo, hechos con una punta que al caer el agua en aquellas baldosas hirvientes, parecía que se estaba en una sauna. Recuerdo el olor a los jazmines y a Galán de Noche, la otra tarde me paré en una calle de aquí, por su olor, aquí son mas caballeros y le llaman Dama de Noche.

Por la tarde cogiamos los jazmines, mi madre se hace desde siempre una moña, que se prende en el pecho, y llevábamos (las tarde había doctrina cristiana [la Catequesis de ahora], rosario y alguna novena) a la Parroquia un bandejita para el Sagrario.

En las siestas pasaba el “tío de los helaos”, pregonando, y alguna vez nos compraban un cucurucho de vainilla o un corte, con aquel artilugio, donde se fijaba el grosor, según el precio, se metía una galleta al fondo, se apretaba el helado con la paleta y se ponía la otra galleta.
O el bailenero, “librillos y orzas”, canturreando por las empinadas calles

Tambien ofrecían por las casas, peces “el hombre de los peces” en su canasto y su peso; eran barbos, algunos grandes, con la barriga blanquecinas y las grandes barbas, algunos abrían aun las bocas y cambiaban garbanzos tostaos “torraos” de Torredelcampo, un tazón de aquellos blancos del desayuno colmado, por otro raso (esa era la ganancia), y se pregonaban los piñones, que se vendían en unas medidas de madera, y se comían por las tardes pipas de tornasol, que se sembraban en las huertas, ¡hermosísimos! y se hacia trigo tostado con miel (había muy pocas chucherías); también se comían espigas de cebada o de trigo, y a la caída de la tarde se paseaba por la llanada y los domingos por la carretera, hasta bien entrada la noche.
Las parejas de novios iban a los huertecillos a comer chumbos, mas de un centenar contaban, y se pregonaban por las calles “al chumbete frasquete”, y bien ricos que estaban.

Para San Juan y San Pedro había verbena en la Plaza; la rondalla, debajo del balcón del Ayuntamiento, se sacaban unos bancos de la Iglesia, tocaba, y ya se ponían unos micrófonos y amplificadores y los altavoces en el balcón, y se bailaba,” agarrao”, claro; las muchachas bailaban en parejas, y luego los novios y los matrimonios, algún año el ayuntamiento invitaba a ponche a todos los presentes.

El Corpus si era un día muy grande; uno de los tres Jueves de entonces. La procesión al revés, con el olor a la juncia y los altares, pero salía la procesión con toda solemnidad, el palio, el Párroco y muchos acólitos revestidos de dalmatita y sobrepelliz, la Cruz parroquial con la manga blanca, los ciriales, el incensario, las campañillas, los hermanos del Santísimo, y las banderas de San Mateo, y los estandartes de las Cofradías; los niños de Primera Comunión con sus madres. Las andas de la Custodia en su templete, adornada con muchas espigas, que se movían al andar, las paradas en los Altares, el rezo de le Estación y la Bendición.

Para la Octava del Corpus, la procesión era solo alrededor de la Plaza; al Santísimo se llevaba bajo palio en la custodia chica, recuerdo que se hacia un altar en la terraza de casa de mis padres, los balcones con las colchas de damasco, para esa ocasión; toda la familia y vecinos, en la terraza, llena de macetas, las mejores, un cojín para que el sacerdote se arrodillara y en el altar la Custodia. Se bendecía el pueblo y el campo, el Ruedo que se veía. Se ponían otros altares, quizás en Casa de las Viudas, pero no lo recuerdo.

Para la Virgen del Carmen, 16 de julio se celebraba su novena, pero no recuerdo que hubiera procesión, luego Santiago Patrón de España, el 25. Para Santiago y Santa Ana pintan las uvas y para las Virgen de agosto la otra gran fiesta era el 15, la Asunción., ya están maduras

Es casa había (y aún está como reliquia) una bicicleta Orbea, para todos los hermanos, que le hemos hecho miles de kilómetros, le tuve que cambiar el rodamiento en varias ocasiones y el juego de pedales: ha ido a la sierra de espera, de liria, a las olivas, a las colas, por todos los caminos, yo varias veces fui a Linares, todos los hermanos éramos expertos en poner parches, desmontar las ruedas, y conocíamos perfectamente la mecánica, que aprendimos a la fuerza, en las siestas en la plaza y las hermanas de Don Fernando el cura salía de su casa (de la Muñequera) porque no le dejábamos dormir la siesta. ¿Que podíamos hacer a esas horas? Incordiar, no había televisión, yo iba a ver las corridas de toros, a casa de Don Juan Suarez , el Boticario, y al principio se veía mas nieve que imágenes.

El verano terminaba con la venida de la Virgen de la Encina, el 8 y la novena que empezaba el día 9 de septiembre, hasta el 17, el 18 la salve y el 19 la Fiesta de la Virgen, el 20 el Santo Cristo, 21 San Mateo y regresaba la Virgen al Santuario. Los Esclavos, con las turroneros en la plaza, las papas fritas, las barcas, que pasaron a los Turumbetes y la tómbola; venían 4 ó 5 músicos, para las procesiones y tocaban la “Misa de Angelis”, desde el coro y se cantaba; por la noche, en la puerta de la Iglesia tocaban pasodobles, para el baile de la plaza.

El día 22 de septiembre empezaban las escuelas, ya quedaba menos gente en Baños, y terminaba el largo y cálido verano.
En unos días regresaba a Sevilla.
DMC