YO TUVE UN SUEÑO.
CINCUENTENARIO DEL CONVENTO
EN BAÑOS DE LA ENCINA
Mi padre firma el Acta en Cabra con la Madre Maria |
Es como se conoce el discurso, quizás más famoso e importante pronunciado por Martin Luther King Jr., cuando habló de su deseo de un futuro en el cual la gente de tez negra y blanca pudiesen coexistir armoniosamente y como iguales. Este discurso, pronunciado el 28 de agosto de 1963 desde las escalinatas del Monumento a Lincoln durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad, fue un momento definitorio en el Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos.
Nunca le oi decir a mi padre, que tuvo también un sueño, pero sí que soñaría muchas veces con el deseo de que Baños tuviera convento. Barajó la opción de unos monjes, se barajó la posibilidad de la donación de una casa, por la Calle la Cruz, un haza y olivas para su subsistencia, pero a veces, Dios escribe derecho con renglones torcidos.
Cuando Luther King pronunciaba esas palabras, el Convento de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado, ya llevaba funcionando más de tres años.
El 28 de febrero de 1957, el Sr. Alcalde de Cabra de Santo Cristo, le escribe a mi padre y le dice que “te adjunto una copia de la nota enviada al Sr. Obispo, relativa a las concesiones y cosas que pone el Ayuntamiento a disposición de la Comunidad de religiosas para que se establezcan en esta localidad”.
Por esas casualidades de la vida, mi padre tuvo que ir a Cabra del Santo Cristo, en 1958 como Delegado del Gobernador, a la bendición e inauguración en aquella localidad del Convento de las Hermanas, y allí conoció a la Madre General.
En la comida, a su lado, comentando las instalaciones bendecidas, mi padre le dijo a la Superiora General Madre Maria Séiquer que en Baños, había una Ermita, dedicada a Jesus del Llano, que en la antigua casa de los santeros, se podría levantar la Casa-Convento. Al Sr. Obispo, que estaba en la conversación, le pareció muy buena la idea inicial, y ofreció enviar a Baños al arquitecto de la Diócesis, que a la semana siguiente visito Baños.
A partir de ahí, se iniciaron los trámites legales d todo tipo y la busca de financiación para afrontar las obras. Si hubo o no sueño, no lo sabremos, pero si el deseo de que Baños tuviera un Convento.
Seria arduo el trabajo, pero más el tesón y la ilusión puesta, con la implicación del pueblo, como motor principal, del Ayuntamiento por una parte y de todos los habitantes, vecinos, propietarios y los que tuvieran algo que ver con Baños. Mi padre con una comisión salió casa por casa pidiendo para el Convento; ahí están los datos y poco a poco los iremos comentando, con la alegría de que el sueño se cumplió y este año celebramos el Cincuentenario.
DMC