Hoy es que no te das cuenta en un “pis pas” recorres medio mundo.
Santiago nos despedía con lluvia, como todo el día anterior, no muy fuerte, pero racheada a veces mas incomoda.
Al despegar de Labacolla además de la máxima oscuridad,
llovía las nubes no dejaban ver nada.
Pero de pronto, el relumbrón, el sol me
cegaba.
Las fotos desde el avión son difíciles, en parte por la altura, las luces, y además por que las ventanillas, dobles o triples suelen tener manchas, están sucias.
Nos acercamos a Madrid, sin tiempo de tomar ni un café cambiamos de avión para Tenerife.
Un capuchino y una cabezada, bueno una buena dormida, estaba levantado desde las cinco de la mañana, y de pronto a lo lejos el Teide, el Padre Teide de los antiguos, como faro permanente y guía en medio del Atlántico.
Regreso a casa de unos días intensos en emociones, sentimientos, vivencias, paisaje, monumentos, viandas y vinos. Material que ire poniendo.
DMC