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31 marzo 2010

MARTES SANTO. CRISTO DE LAS TRIBULACIONES

El Evangelio del día es de San Juan (13,21-23.36-38) “Después de decir esto, Jesús se estremeció y manifestó claramente: "Les aseguro que uno de ustedes me entregará". Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería. Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba reclinado muy cerca de Jesús. Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: "Pregúntale a quién se refiere". El se reclinó sobre Jesús y le preguntó: "Señor, ¿quién es?". Jesús le respondió: "Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato". Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él”.

Jesús anticipa la traición de Judas y la negación de Pedro. En Santa Cruz de mi Parroquia San Francisco salio la Procesión del Señor de las Tribulaciones, que fue recibida en su calle con alfombras de flores y cantos de isas y una ofrenda floral de pétalos, que cayeron de los balcones y ventanas en forma de lluvia. Acompañaban al Señor, no solo vecinos del barrio, sino todo Santa Cruz pues son muchos los que veneran a esta imagen, que consideran sagrada, porque, según la tradición, libró del cólera a la sociedad de finales del siglo XIX.

Este es uno de los motivos por los que se pide para esta imagen el título de "Señor de Santa Cruz".

Entre las razones que avalan la concepción del título figura el milagro atribuido al Señor de las Tribulaciones, con la terrible epidemia de cólera que asoló el barrio de El Toscal en 1893, y la desaparición de aquel terrible mal, que diezmaba la ciudad, de ahí la devoción a este busto del "Ecce Homo", que se remonta a 1893.

La Coral del Círculo de Amistad XII de Enero animó la procesión de El Toscal, que partió de la iglesia de San Francisco de Asís, de la capital tinerfeña.

“La devoción mostrada por los fieles, señala el profesor de la Universidad de la Laguna, Don Gerardo Fuentes Pérez, no se debe tanto por su identificación iconográfica, ni siquiera por su calidad artística, sino más bien por la capacidad interna que la obra contiene, capaz de transmitir todo un mundo todo un mundo interior, impregnado de ternura y serenidad.

Aquí, el Redentor inicia los momentos más aterradores de su Pasión; ha sido maltratado y coronado de espinas. Comienza su tribulación. Aparece ante el mundo solo, aceptando la voluntad del Padre sin protestas ni reservas. En medio de algarabías callejeras, llega hasta el Calvario humildemente y en silencio.

Nosotros queremos solemnizar aquellos terribles momentos de Nuestro Señor en un paso profesional, engalanándolo con el mayor cariño -sin perder con ello el verdadero sentido cristiano de estos días santos- para aprender de Él la razón de la vida, del sufrimiento y del amor.

Las principales vías del santacrucero barrio de El Toscal vuelve a contemplar el rostro de Dios que emerge del resplandeciente altar cuajado de flores, las coplas espontáneas son agradecimientos de fidelidad a Aquel que la vida por nosotros. Y desde aquí deseamos escuchar, para alivio de nuestro cansancio espiritual, el Salmo 80: "En la tribulación me invocaste y te libré".

Los anturios rojos cubrían el trono, que iba escoltado por cuatro policías municipales de gala, y la Banda Municipal de Música, y miles de devotos santacruceros y de otras localidades.

De todos los corazones salia una plegaria unánime: Libramos de las plagas modernas de la peste, que nos están destrozando el alma, y a nuestra querida España.
DMC