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30 diciembre 2010

NÍSCALOS DE MIGUELDIAZ Y CHORIZO SERRANO

La zona de Migueldiaz, las laderas antes de llegar a la curva son zonas umbrías y muy ricas en níscalos; pendiente pronunciada, pero ayudado con un bastón de campo, con pincho, es fácil de mantener bien el equilibrio.

Es una zona muy bonita, el monte con los pinos, grupos de pizarras, pizarrones, diría yo, y en el frente la cola, ahora ancha, enorme, con vistas hasta el Morquigüelo, y la Sierra que se ve hasta casi El Centenillo.

Muy húmeda y pese a que las motos en zonas la están descarnando, rica en tierra fértil, donde debajo de los pinos o tapados por  las jaras, aparecen, asoman, salen, como un milagro, los níscalos.
Limpios, lavados para quitar la pinocha, con su ajito, una pizca de  sal, aceite con generosidad y a fuego medio, dando la vuelta con la paleta de madera, en un momento están listos para servir; mientras sin aceite, y con cortes mínimos, se pone un buen chorizo, en una sartén pequeñita  y se le dan unas vueltas, se marea. La unión del níscalo y el chorizo hacen un buen maridaje, y con un  moño de pan y un vaso de  vino tinto del tiempo, es un complemento ideal. Para postre y desengrasar, la granada es maravillosa

Que aproveche...

DMC
SANTA CRUZ DE NOCHE INVITA A LA MEDITACIÓN
 La noche es muy distintas, las luces y las sombras marcan los edificios y las plazas, los jardines.
El muelle es otra cosa; el barco de turistas que aún no ha elevado las  amarras, a la espera de otra estadía, otro puerto, otras gentes, otros mares. Atracan, visitan las ciudad o la isla, hacen sus compras en los bazares, toman sus copas, y con la cámara repleta de vivencias, momentos, paisajes, edificios, Se marchan.
Queda la grúa,  una reliquia; iluminada, parece un coleóptero gigante, con sus tripas al aire, para que se vea desde todas partes.
Los barcos mercantes iluminados descargan sus mercancías, con prisa, tiene que partir pronto, otros destinos, otras cargas otras caras.
La ciudad sigue su ritmo; cerró ya el comercio y quedan los rezagados; la iluminación navideña se agradece, es distinto todo; invita a pensar, a soñar a meditar.
El edificio del Cabildo felicita la Navidad en varios idiomas desde su fachada, con  el Teide  al fondo, como símbolo de identidad de Tenerife.
La temperatura es muy agradable, en torno a los 20 grados, e invita a pasear, voy con Neka, la perrilla de mi hija, se mete en los jardines, corretea, disfruta de la noche y de la ciudad.
Los jardines colgantes, que disimulan la entrada a un aparcamiento, y a la oficina de turismo, es un remanso;  se riegan y escurren el agua, se nota mas frescor y parece que a esta hora, ya de noche, las plantas lucen  resaltan el coloridos de flores y plantas verdinegras.
El viandante, piensa, medita, respira fresco, brisa del mar y admira el reflejo de la luna; poca gente, entretenido con todas estas cosas se olvida del reloj, del tiempo y regresa a casa ensimismado, alegre, contento, dichoso de este paseo en solitario.

DMC