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11 enero 2013

AMIGOS Y SERVIDORES DE LA PALABRA


11 enero 2013, viernes. Tiempo de Navidad

DE LA PALABRA DEL DIA
Estando Jesús en su pueblo, se presentó un leproso; al ver a Jesús cayó rostro en tierra diciendo: “Señor, si quieres puedes limpiarme”. Jesús  extendió la mano y lo tocó diciendo: “Quiero, queda limpio”. Lc 5, 12-13
¿Cómo vivir esta Palabra?
Valiente este hombre cubierto de llagas que se sale del lugar donde estaban confinados lo enfermos de lepra. Valiente, sí,  porque se atreve a echarse a los pies  de  Jesús,  casi rozándolo, y valiente Jesús que no da ni la menor señal de  tener miedo del contagio. El cuadro de vida es esencial y cautivador.
Todo en juego en las dos voluntades: en la del leproso que implora diciendo “Si quieres…” y en la de Jesús  que responde rápidamente: “Quiero”. Y es hermoso  ver la mano del Señor extenderse en seguida para tocar la piel purulenta del hombre, abierta para  recibir en el acto  la plena purificación.
Dos voluntades que, por así decir se unen en un centro vital, que es el objetivo de vencer el mal mediante del bien.  Y he aquí, todavía a la luz  de la estrella de los Magos, en la luz de la Navidad, que este alegre anuncio de salvación, esta escena evangélica nos sirve de estímulo para cultivar y hacer  que crezca en nosotros ante todo, y en nuestro entorno en la medida de lo posible, una buena voluntad: la voluntad de bien.

Los incentivos, las propuestas, las oportunidades de acción son muchas. Se trata de leerlas a la luz de Jesús en la voluntad del Padre, que es siempre voluntad de bien. Y de esta su voluntad  es desde donde brota la oración:

Señor, haz de mí un instrumento de tu Amor, que es proyecto de paz para todos. Haz de mí un instrumento de tu Voluntad de paz y de bien para todos.

La voz de una santa  de nuestros días.
Cuando cumplimos lo que Dios quiere, todo adquiere  valor y la vida tiene sentido.

                                                                                               Madre Teresa de Calcuta