VENDIMIA EN ARICO (TENERIFE)
Sábado día 4 de septiembre de 2010, suena el despertador, son las 5,45, doy un salto; ducha pantalón corto, camiseta, botas, gorra y un café bebido y la mochila.
A las y cuarto me recogen, vamos la “cuadrilla” a los altos de Arico a cortar uva, el dia será caluroso y hay que iniciar la faena pronto. A las siete y media ya estamos en el tajo.
Uva blanca, autóctona, esta ya amaneciendo, hay bruja y el terreno, con zahorra, está mojado de la “marecia”. Al fondo el mar despierta poco a poco y encima la Cordillera de Anaga, nos dibuja los pinos, los barrancos y las luces y las sombras de la amanecida.
Tenemos las cajas, tendremos que coger 250 kilos mas o menos, que luego, una vez pisada la uva se queda en unos 210 litros de mosto y vino después.
Somos varios, pero cada uno va a lo suyo, y se van llenando poco a poco las cajas que sacamos al camino. No hay mucha cosecha, pero la uva es muy buena.
Tomamos café y nos vamos a otra finca para terminar la vendimia; uva blanca autóctona y una caja de moscatel, es muy sabrosa y olorosa, pero tiene menos alcohol.
A las once tenemos el cupo y nos vamos a la bodega; primero un buen mangerazo, la limpieza es fundamental, en la elaboración del vino.
El bidón de 200 litros ahora ya de acero inoxidable, los cubos, la prensa y la máquina para machacar la uva.
Ya tenemos las cajas en la escalera de la bodega, que es pequeña, y tenemos que organizar el trabajo y saber cada uno cual es su misión
Vamos machacando y cada dos cajas, unos 40 kilos la pisamos. Claro descalzos, yo me puse un bañador, y se tarda, se enguachinan los pies, las piernas hasta las rodilla de hollejos, y azucares.
Cuando ya la cuba notas que poco se puede hacer con los pies, se vacía a la prensa, antes hay que tener cuidado de poner bien los cubos para no derramar ni una gota, es medio vasillo de vino.
Los cubos se van echando en el bidón y se ve con alegría como va subiendo el nivel, hasta llegar hasta arriba; nos vamos turnando y claro, para trabajar hay que beber y tomar algo, hay que ir dejando libre el envase; unas tapas de queso; pan con anchoas, boquerones en vinagre; mientras Juan va a coger unos chumbos para el postre (aquí se llaman tunos, higos picos), otro ya va encendiendo la lumbre para pasar las chuletas a la plancha.
Nos turnamos en las faenas, unos echan las uvas a la máquina, otros pisan, otros ya en la prensa, otros echando los cubos de líquido o llenando los vasos y pasando las tapas.
Hay muy buen rollo, nos reinos, llegan los vecinos que han visto el jaleillo, toman un vino o los que hagan falta. Pablo con la probeta, va viendo como esta de grados de alcohol, y prepara el sulfito, que se pondrá según la proporción de litros.
Entre unas cosas y otras, la limpieza, se tiran los hollejos y se pasa la manguera, son ya las tres de la tarde y terminando y guardando el material, llegan las primeras chuletas humeantes y nos sentamos a la mesa; Estamos contentos del trabajo bien hecho y del resultado.
Hoy domingo ya por la tarde vamos un rato al defangado; es quietar ·los fangos” acumulados en el fondo.
Vaciamos el bidón con cuidado de no llegar al fondo, esos fangos pasan a otra cubeta, para que ahí también fermenten y saldrá lo que aquí denominan “agua pata”, un vino mas flojo, pero que no se puede tirar nada; luego se filtra y queda bueno.
Una vez limpio el bidón de acero, se va de nuevo, a cubos llenando; se cubre con una maya y una goma y se deja abierto arriba, porque en un par de días empezara a fermentar, unos diez días, y pasaran las azucares, a convertirse en alcoholes, el vino estará ya hecho, con sus grados; hay que dejarlo que clarifique y es bueno también filtrarlo, con máquinas al uso; el dia 30 de noviembre, San Andrés, se abrirán las bodegas a los amigos y vecinos, y se probara ya el vino, con castañas, es la tradición, aunque no faltaran otras viandas.
Es bonita la experiencia, distinta a lo que uno está acostumbrado en Baños. Aprovecho para brindar, por todos los bañuscos y amigos, con este vino blanco fresquito, de Arico. ¡Va por todos!
DMC