EN RECUERDO DE LA ENCINA DE LA VIRGEN
Sensación de muerte, de tristeza inmensa, de nada. Caída, tumbada, quemado el tronco .Muerta.
Es la Encina Grande, la Encina varias veces centenaria de Baños; lo mas seguro coetánea de la construcción primitiva del Santuario, posiblemente de la aparición de la Virgen.
Vio y dio cobijo bajo su sombra a las huestes que venían a la conquiata de nuestro Castillo de Burgalimar , a tantos y tantos peregrinos, que por ese camino llegaban a Baños. Testigo de las barbaridades, robos y sacrilegios de las tropas francesas, cuando saquearon el Santuario de la Virgen, va a hacer ahora doscientos años.
Testigo de tantas generaciones de bañuscos, que en las Romerías y en cualquier día del año, nos refugiamos, ante los calores veraniegos, o las lluvias otoñales de improviso. Testigo de los ratos de expansión, que compartimos mesa y mantel con amigos y familiares.
Era un ejemplar único, admirado por propios y extraños y verla así, rota, quemada, caída para siempre… sin remedio… sin alma… sin vida.
¡Que dolor! ¡Que oprobio! ¡Que miseria! ¡Que impotencia! ¡Que vergüenza! ¡Que desolación!
Me pregunto con infinito dolor ¿Como pudo suceder? ¿Cómo no guardamos con esmero esa joya? Todos somos culpables, no nos engañemos y si seguimos sin cuidar nuestras cosas, “otras torres mas altas seguirán cayendo”.
En estos días en vísperas de Feria, de una nueva Romería, de una nueva procesión de la Virgen de la Encina “que mire pa Guarromán”, "Viva la Chiquitilla de los olivares" alrededor del Santuario, mi recuerdo emocionado a esta Encina, sus ramas ya nunca mas besaran a la Virgen, ya no podrán acariar su bendito Trono.
DMC. 03.Mayo 2008