Recuerdo cuando el hermano de Paco "Mono" se despeño y pasaba la madre llorando y tirándose del pelo delante de casa de mis padres.
Cuando mi hermano descubrió el yacimiento, tuve otra sensación muy distinta.
El Bronce II se nos metió en el alma, como una obsesión; leer, estudiar, dibujando perfiles, comparando.
Al ver desde lejos, hoy el yacimiento, siento que estoy ante un Museo al aire libre, aunque hoy con el nivel del agua al máximo, gran parte (muchas de esas Salas diría) están ocultas.
Pero es un gusto, mirar e imaginar esa cultura de nuestros antepasados, que vivieron antes que se fundara Tartesos, y que por quedar sepultado el poblado y desde 1940 bajo el agua, ha llegado a nosotros como un libro abierto con miles de datos. Cuidemos nuestras cosas, nuestra Historia y nuestra rica Prehistoria
DMC
