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05 febrero 2010

LA FABRICA DE ACEITE

El día de trabajo termina con la aceituna en la fabrica; de los serones, con la aceituna a granel o los serillos, tres o cuatro por mula, o los sacos, se pasó a los remolques de tractor, o mas pequeños acoplados a los coches.

Recuerdo de pequeño la fabrica de la familia, San Enrique en la calle Trinidad, a la entrada estaba el despacho, donde mi padre hacia los análisis, todo lleno de botes, tubos de ensayo y componentes químicos, todo estaba impregnado del óleo, del aceite, y los muebles parecerían negruzcos, como los hombres que trabajaban allí, venían de serranía, todos los años los mismos; tejían calcetines de lana, bastos, de color marón que traían como presente.
La fabrica era un lugar muy calentito, aunque ruidoso, con las correas, poleas y la parte central del molino, sobre una solera de piedra giraban los tres rulos, que trituraban la aceituna, donde la masa iba escurriendo hacia la parte exterior, y caía en una poceta, de donde la trasladaban a la prensa, a los capachos, al final subidos en una escalera; ya con el peso, sin prensar, empezaba a chorrear el aceite, me gustaba poner los dedos y chupar.

En la estufa de leña de olivo, los molineros me tostaban una buena rebanada de pan y chorreando aceite por las manos, era un placer de dioses el comerlo a cualquier hora

De la prensa a los pocillos, se iba decantando el aceite, hasta que llegaba a los depósitos.

En la fábrica se molía la aceituna de la familia y gentes de Baños; algún día haré algún estudio de la Fábrica, pero se molturaban más de 600.000 kilos de aceituna.

Hoy son las Cooperativas; en Baños hay dos y deberían de haberse juntado, sin duda se abaratarían los costes, pero todos quieren mandar y eso es lo que pasa: Al final lo paga el pequeño agricultor, que tiene que tragar.

A aceituna va al troge, que la engulle y, en cintas trasportadoras va pasando por todas las fases de limpieza, hasta llegar al pesado y la aceituna va cayendo limpia, para pasar a la machacadora, batidora y centrifugadora, ver el chorro verde de aceite, que pasa a la bodega.

Es un trajín sin parar, todo coordinado y vigilado desde la torre del peso.

En el interior el maestro, con su ayudante, provistos de sus orejeras, el ruido es infernal, están atentos a las maquinas y a los cuadros de control.

El suelo es una pista de patinaje, hay que plantar bien los dos pies para no ir al suelo, es esa laminilla, que invisible, lo cubre todo.

Gusta poner los dedos en el chorro y chupar el aceite nuevo, aun caliente.

Hoy casi no se ve nada. Es la nueva técnica, y cada día la maquinaria es mas moderna y sofisticada, y saca mejores rendimientos y aceites mejores.

La calidad de los aceites es, sin duda, la asignatura pendiente. Pero para sacar mejores aceites hay que empezar en el campo, con herbicidas y pesticidas, solo los autorizados y los menos posibles.

La tendencia es iniciar la recogida a mediados de noviembre, cuando la aceituna esta ya pintona, moradita, el rendimiento puede ser menor, pero la calidad es muy superior, y claro el precio compensa con creces el rendimiento. El cuidado y la manipulación de la materia prima, la aceituna, hará que se produzcan mejores aceites que puedan competir, con otros de nuestro entorno, que ya empezaron buscando la calidad, mas que la cantidad.

DMC.

NOTA:Mi agradecimiento a los trabajadores de la Cooperativa de Nº Padre Jesús del Llano, por el trato exquisito que me dieron, y por dejarme entrar por todas partes. Gracias a todos.

http://picasaweb.google.es/banosdiego/ACEITUNACOOPERATIVA