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02 febrero 2010

LA ACEITUNA.RECOLECCIÓN TRACTOR CON PLUMA

He estado en Baños unos días después de Navidad. Me preguntaban ¿de aceituna? Bueno – les decía - a ver a mi madre y de camino, a echar una mano en la recolección. La verdad que con las lluvia este año se ha retrasado mucho la aceituna pero recuerdo de pequeño que algunos años, aun en San José, de estaba cogiendo.

Ha cambiado mucho la recolección. De aquellas épocas de limpias, montoneros, ayudantes de montoneros, medias, esportillas, manteos y refajos, cascaravitos y rodilleras, se ha pasado, a ruidos de las vareadoras mecánicas y sobre todo de la sopladora, que no para en toda la jornada, las palas en los tractores o los manteillos que recogen las plumas del tractor y las llevan al remolque…

El trabajo es duro, muy duro, pero ya se tiran menos al suelo, y creo que es algo mas suave que entonces; ya no se cargan esas “medias”, que para mi fueron siempre enteras, y que atascaban a los mas fuertes, en los surcos, hasta dejar las botas enterradas.

Se inicia el día con la reunión de la cuadrilla, en los puntos convenidos, antes era en San Marcos, hoy en la esquina de los Molinos, o en las naves del Santo Cristo, van llegando todos con su ato en sus coches, suelen quedar allí y se juntan en uno . Aquel día salía el sol, a lo lejos por Linares; la mañana estaba fresca. Se hace la distribución y en caravana se va al tajo, en este caso a Monterrubio, camino de Guarromán; las cuadrillas se dispersan.

Se llega en escasos diez minutos, reconocimiento de la finca, descarga del material y las maquinas, la talega a una oliva, lo que queda del bocadillo del desayuno, y a agarrarse.

La vareadora mecánica por delante, abre camino; continúan refinando con las varas de siempre, y la sopladora, que amontona la aceituna en varios montones, alrededor de la oliva, esta se coge en los esportones (ahora son de goma, entonces de esparto), y a la pala o a los manteillos, que están en las camada, entre cuatro olivas; el tractor los va llevando al remolque, que se sitúa en una camada, o en el camino mas oreado, para que no se atasque.

Van pasando de oliva en oliva.

Se para al bocadillo de media mañana, y a las dos la comida, para terminar poco después de las cuatro.

La jornada ha terminado y se inicia el regreso, se nota el cansancio y las ganas de volver a casa, una buena ducha, ropa limpia, preparar la talega de mañana, algunas compras, faenas de la casa, si da tiempo una cerveza en el bar, claro lo hombres.

El tractor a la Cooperativa, a descargar en el troje, se inicia la limpia de la aceituna, las piedras, las ramas y hojas, el barro y la tierra, todo mecánico, automático; cada doscientos kilos salta el peso; la aceituna limpia, ya va camino de la machacadora, la batidora y luego pasa por la centrifugadora de eje horizontal, y se sale el aceite, que va a los depósitos, el orujo al camión y el alperchin, antes a los arroyos y hoy muy controlado

Recuerdo los pocillos, aun están, ahí se obtiene el aceite por decantación natural.

Hoy en el campo ya no se oye cantar, ni las conversaciones, rumores, chismes, amores o lo ultimo de los programas de la tele, ahora es el ruido de las maquinas, que lo mitigan con las orejeras.

Si, claro, ha cambiado mucho, la recogida de la aceituna, que yo conocí de niño, y sin duda tendrá que seguir evolucionando.

DMC

Fotos en la Galería: http://picasaweb.google.es/banosdiego