VIERNES SANTO. MADRUGADA CON EL CRISTO DE LA LAGUNA
“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a Él y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen. Se repartieron las vestiduras echándolo a suertes” (Lucas 23. 33-34)
En la Ciudad de San Cristóbal de La Laguna, sede de la diócesis Nivariense, en el Convento Franciscano de San Miguel de las Victorias, en su Real Santuario, se encuentra el Crucificado más venerado y la más vieja escultura de las Islas Canarias, el Santísimo Cristo de La Laguna, una talla de estilo gótico del siglo XVI, se decía, hasta hace poco tiempo de procedencia sevillana de autor anónimo y recientemente tras las investigaciones del profesor D. Francisco Galante Gómez se ha atribuido al gótico, flamenco-brabanzón, esculpido por Louis Der Vule hacia 1514, que debido a las relaciones comerciales y a las significaciones de las importaciones de obras de arte entre los antiguos Países Bajos meridionales y el resto de Europa, llegaría a Venecia, localidad que gozaba en aquel entonces de un gran esplendor comercial y económico, siendo traída a Barcelona, y desde ahí a Cádiz donde se alojaría temporalmente en la Ermita de la Vera Cruz en Sanlúcar de Barrameda, hasta su llegada a la Isla de Tenerife.
No se sabe a ciencia cierta si como consecuencia de su adquisición por el conquistador de la isla, el Adelantado D. Alonso Fernández de Lugo, para presidir dicho Convento, o más bien un regalo que hizo a este el Duque de Medina Sidonia, fruto de las buenas relaciones existentes entre el General Lugo
En dicho convento y antes del inicio de la procesión, se predica la Primera Palabra: “PADRE, PERDÓNALES PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN” a cargo de R. P. Fr. Francisco M. González Ferrera, O.F.M. Padre Guardián del Real Santuario del Santísimo Cristo de La Laguna.
La Plaza del Cristo estaba llena, cuando a las 4 en punto de la madrugada, el Cristo, ya estaba en el arco de su Santuario, y se iniciaba, con cientos de esclavos, la procesión. Y se escucha el Himno Nacional. Es un río de gente que en silencio acompaña al Cristo.
Se llega Convento de Santa Clara de Asís, y alli se incorpora el trono de Nuestra Señora de los Dolores, San Juan y la Magdalena
El Cristo entra en la Iglesia y se predica la Segunda Palabra: EN VERDAD TE DIGO: HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAISO a cargo del R. P. D. Francisco Edmundo Hernández Santana Capellán de las Hermanas Clarisas.
La noche esta fría, y la procesión ya con los dos pasos, se encamina hacia Las Catalinas; al pasar por el Casino, le cantan unos motetes; se entra en el Monasterio y allí se proclama la Tercera Palabra: MUJER, HE AHÍ A TU HIJO, HE AHÍ A TU MADRE Predicador: M. I. Sr. D. Vicente Cruz Gil, Canónigo Penitenciario de la Santa Iglesia Catedral de La Laguna y Capellán del Monasterio.
En la Iglesia de Santo Domingo, la Cuarta Palabra: DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO? Predicador:. D. Lucio González Gorrín Vicario Episcopal de la Vicaria Territorial de La Laguna. Párroco de Santo Domingo de Guzmán.
Por la calle La Carreta, hacia San Agustín, la magnifica Banda Municipal lagunera, interpreta la marcha “El adiós a la vida” de la opera Toca de Puccini, que saca las lagrimas, ya esta amaneciendo.
La Quinta Palabra en la Iglesia de San Agustín en la puerta, se quemó hace años y quedan los muros: TENGO SED Predica. D. Daniel José Padilla Piñero (Vicario de Justicia).
Sexta Palabra en las Siervas de María TODO SE HA CUMPLIDO Predicador:. D. Ismael Rodríguez Hernández Párroco de Ntra. Sra. de los Remedios.
A las nueve en punto entraba el Cristo, detrás de la Virgen en la Parroquia Matriz de Ntra. Sra. de la Concepción [Actual sede catedralicia de La Laguna], y es el Sr. Obispo de la diócesis D. Bernardo Álvarez Afonso en predicador de la Séptima Palabra PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU.
Han sido mas de cinco horas intensas acompañado a este Cristo moreno, encorvado, con esa cara serena del Cristo de La Laguna. Regresamos, cansados si, pero reconfortado el espíritu. Muchas horas para pensar, meditar y recordar.
Los motetes, las malagueñas, las marchas procesionales, el resto todo silencio y recogimiento.
DMC.