LA CALLE DE LA CRUZ DE BAÑOS DE LA ENCINA
La Calle de la Cruz, una de las más importantes de Baños y de las más antiguas, según las relaciones y los censos, quedaba fuera de mi entorno, y de jugar por allí guardo muy pocos recuerdos; tampoco tenía familia por esa zona y siempre la asocie con las procesiones; la del Corpus Cristi, en sentido salida del pueblo y las demás, subida por la cuesta de los Molinos y hacia Herradores y la plaza.
Su nombre, sin duda de la Cruz que había a la entrada, entonces afueras del pueblo, donde más allá se encontraban los molinos de aceite; como se sabe, la Cruz de los jardinillos, fue destruida en los primeros meses del año 36, inicio de la Guerra Civil y reemplazada, por la actual, muy sencilla, pero de forja bien trabajada, que según mis noticias confeccionada por buenas manos en una herrería del Centenillo
Hoy es una casa hermosa, con casas cada vez más arregladas, muchas con las fachadas de piedra, y todas con grandes patios, antes corrales.
Por la noche y con la lluvia, se parecen distintas; iba recordando a las buenas gentes que viven en ella, a los conocidos que ya no están, alguna luz en la ventana y el reflejo de una televisión; las cancelas y las puertas cerradas, y el agua mansa que iba cayendo poco a poco y que formaba un pequeño reguero en el centro de la calle.
Algunos cochea aparcados, pero no había ni circulación de gente ni de vehículos.
Yo sigo mi camino por la calle, solo, con mis pensamientos, con mis vibraciones, con mis recuerdos, con esa sensación de quietud y sosiego, que a veces te acompaña la soledad.
La lluvia, suave, a veces casi imperceptible, otras me saca de mis ensoñaciones, con su tableteo, da una pátina brillante al suelo, a las paredes, a las rejas, y a través de los faroles forma una cortina trasparente que traspaso con toda impunidad.
DMC