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20 diciembre 2006


PADRES DE LA IGLESIA EN EL SANTUARIO DE JESUS DEL LLANO DE BAÑOS
SAN AMBROSIO 340-397


Ambrosio significa "Inmortal".
Este santo es uno de los más famosos doctores que la Iglesia de occidente tuvo en la antigüedad (junto con San Agustín, San Jerónimo y San León).

Nació en Tréveris (sur de Alemania) en el año 340. Su padre que era romano y gobernador del sur de Francia, murió cuando Ambrosio era todavía muy niño, y la madre volvió a Roma y se dedicó a darle al hijo la más exquisita educación moral, intelectual, artística y religiosa. El joven aprendió griego, llegó a ser un buen poeta, se especializó en hablar muy bien en público y se dedicó a la abogacía.

Las defensas que hacía de los inocentes ante las autoridades romanas eran tan brillantes, que el alcalde de Roma lo nombró su secretario y ayudante principal. Y cuando apenas tenía 30 años fue nombrado gobernador de todo el norte de Italia, con residencia en Milán. Cuando su formador en Roma lo despidió para que fuera a posesionarse de su alto cargo dijo: "Trate de gobernar más como un obispo que como un gobernador". Y así lo hizo.

En la gran ciudad de Milán, Ambrosio se ganó muy pronto la simpatía del pueblo. Más que un gobernante era un padre para todos, y no negaba un favor cuando en sus manos estaba el poder hacerlo. Y sucedió que murió el Arzobispo de Milán, y cuando se trató de nombrarle sucesor, el pueblo se dividió en dos bandos, unos por un candidato y otros por el otro. Ambrosio temeroso de que pudiera resultar un tumulto y producirse violencia se fue a la catedral donde estaban reunidos y empezó a recomendarles que procedieran con calma y en paz. Y de pronto una voz entre el pueblo gritó: "Ambrosio obispo, Ambrosio obispo". Inmediatamente todo aquel gentío empezó a gritar lo mismo: "Ambrosio obispo". Los demás obispos que estaban allí reunidos y también los sacerdotes lo aclamaron como nuevo obispo de la ciudad. Él se negaba a aceptar (pues no era ni siquiera sacerdote), pero se hicieron memoriales y el emperador mandó un decreto diciendo que Ambrosio debía aceptar ese cargo.

Desde entonces no piensa sino en instruirse lo más posible para llegar a ser un excelente obispo. Se dedica por horas y días a estudiar la S. Biblia, hasta llegar a comprenderla maravillosamente. Lee los escritos de los más sabios escritores religiosos, especialmente San Basilio y San Gregorio Nacianceno, y una vez ordenado sacerdote y consagrado obispo, empieza su gran tarea: instruir al pueblo en su religión.

Sus sermones comienzan a volverse muy populares. Entre sus oyentes hay uno que no le pierde palabra: es San Agustín (que todavía no se ha convertido). Éste se queda profundamente impresionado por la personalidad venerable y tan amable que tiene el obispo Ambrosio. Y al fin se hace bautizar por él y empieza una vida santa.

Nuestro santo era prácticamente el único que se atrevía a oponerse a los altos gobernantes cuando estos cometían injusticias. Escribía al emperador y a las altas autoridades corrigiéndoles sus errores. El emperador Valentino le decía en una carta: "Nos agrada la valentía con que sabe decirnos las cosas. No deje de corregirnos, sus palabras nos hacen mucho bien". Cuando la emperatriz quiso quitarles un templo a los católicos para dárselo a los herejes, Ambrosio se encerró con todo el pueblo en la iglesia, y no dejó entrar allí a los invasores oficiales.

El emperador de ese tiempo era Teodosio, un creyente católico, gran guerrero, pero que se dejaba llevar por sus arrebatos de cólera. Un día los habitantes de la ciudad de Tesalónica mataron a un empleado del emperador, y éste envió a su ejército y mató a siete mil personas. Esta noticia conmovió a todos. San Ambrosio se apresuró a escribirle una fuerte carta al mandatario diciéndole: "Eres humano y te has dejado vencer por la tentación. Ahora tienes que hacer penitencia por este gran pecado". El emperador le escribió diciéndole: "Dios perdonó a David; luego a mí también me perdonará". Y nuestro santo le contestó: "Ya que has imitado a David en cometer un gran pecado, imítalo ahora haciendo una gran penitencia, como la que hizo él".

Teodosio aceptó. Pidió perdón. Hizo grandes penitencias, y en el día de Navidad del año 390, San Ambrosio lo recibió en la puerta de la Catedral de Milán, como pecador arrepentido. Después ese gran general murió en brazos de nuestro santo, el cual en su oración fúnebre exclamó: "siendo la primera autoridad civil y militar, aceptó hacer penitencia como cualquier otro pecador, y lloró su falta toda la vida. No se avergonzó de pedir perdón a Dios y a la Santa Iglesia, y seguramente que ha conseguido el perdón".
San Ambrosio componía hermosos cantos y los enseñaba al pueblo. Cuando tuvo que estarse encerrado con todos sus fieles durante toda una semana en un templo para no dejar que se lo regalaran a los herejes, aprovechó esas largas horas para enseñarles muchas canciones religiosas compuestas por él mismo. Después los herejes lo acusaban de que les quitaba toda la clientela de sus iglesias, porque con sus bellos cantos se los llevaba a todos para la catedral de Milán. Sabía ejercitar su arte para conseguirle más amigos a Dios.
Este gran sabio compuso muy bellos libros explicando la S. Biblia, y aconsejando métodos prácticos para progresar en la santidad. Especialmente famoso se hizo un tratado que compuso acerca de la virginidad y de la pureza. Las mamás tenían miedo de que sus hijas charlaran con este gran santo porque las convencía de que era mejor conservarse vírgenes y dedicarse a la vida religiosa (Él exclamaba: "en toda mi vida nunca he visto que un hombre haya tenido que quedarse soltero porque no encontró una mujer con la cual casarse"). Pero además de su sabiduría para escribir, tenía el don de poner las paces entre los enemistados. Así que muchísimas veces lo llamaron del alto gobierno para que les sirviera como embajador para obtener la paz con los que deseaban la guerra, y conseguía muy provechosos armisticios o tratados de paz.
El viernes santo del año 397, a la edad de 57 años, murió plácidamente exclamando: "He tratado de vivir de tal manera que no tenga que sentir miedo al presentarme ante el Divino Juez" (San Agustín decía que le parecía admirable esta exclamación).
Se le representa, como en el cuadro del Santuario de Baños, sentado, maduro, barbado y revestido con los hábitos episcopales, como la capa, gran roquete, mitra y pectoral, con un libro sobre la rodilla derecha y pluma en la mano y otra apoyada sobre una mesa con tintero y unos libros.DMC

[Fotografías del Proyecto de Restauración de la Ermita del Cristo del Llano de Baños, por D. Esteban Fernández Navarro. Granada. Ver “Iconografía de los Santos de Juan Cardona Muela., Edic.


PADRES DE LA IGLESIA EN EL SANTUARIO DE JESUS DEL LLANO
DE BAÑOS.
SAN GREGORIO MAGNO (540-604


Papa y Padre de la Iglesia .San Gregorio Magno es el cuarto y último de los cuatro originales Doctores de la Iglesia Latina. Defendió la supremacía del Papa y trabajó por la reforma del clero y la vida monástica.
Combatió la herejía nestoriana. Hizo contribuciones claves a la cristología.
Nació en Roma alrededor del año 540, hijo de Gordianus, un senador influyente que llegó a renunciar al mundo y ser uno de los siete diáconos de Roma, el Emperador Justino lo nombra, en 574, magistrado principal de Roma, cuando tenía solo 34 años.
Después de la muerte de su padre edificó siete monasterios, el último de los cuales fue en su propia casa en Roma, que se llamó Monasterio Benedictino de San Andrés. El mismo tomó al hábito monástico en el 575, a la edad de 35 años.
De vuelta de Constantinopla a Roma, el Tibet se desborda y provoca una oleada de peste, entre cuyas victimas está el propio Papa. San Gregorio es elegido, por aclamación popular nuevo pontífice, pero huye de la ciudad, pero en todo momento una columna de luz que baja del cielo lo sigue y es localizado y trasladado a Roma, donde el día 3 de septiembre, reinando el emperador Mauricio, san Gregorio fue consagrado nuevo papa y encabezo una procesión por las calles pidiendo el cese de la peste. Se cuenta que a la altura del mausoleo de Adriano, se vio como en ángel San Miguel envainaba su espada ensangrentada poniendo así fin a la peste.
Entre sus obras destacan los Diálogos y los Comentarios al Libro de Job, conocidos también como Los Morales. Es artífice de importantes reformas en la liturgia y en el canto que lleva su nombre.
En cuanto a los atributos, como Padre de la Iglesia lleva pluma y libro, pero el atributo que mejor la identifica es la paloma blanca cerca de su yodo, cuyo origen esta en las Homilías a Ezequiel, cuando confiesa que si en un principio no entiende al profeta, lo entiende de repente cuando se halla entre sus fieles, porque” lo que os enseño los aprendo entre vosotros. Os lo confesaré hijos míos: la mayor parte de las veces oigo en mis oídos lo que os digo en el mismo momento en que os lo digo…, cuando lo entiendo es por el don de Dios que me viene por medio de vosotros”.



En cuanto a la representación, como en el Santuario de Baños viste hábitos pontificales rojos, con tiara de tres coronas y una paloma a su izquierda, pluma en su mano derecha y tintero y otra pluma en la mesa y sobre el brazo del sillón, donde está sentado, un libro abierto.
Murió el 12 de Marzo del 604.
DMC
[Fotografías del Proyecto de Restauración de la Ermita del Cristo del Llano de Baños, por D. Esteban Fernández Navarro. Granada. Ver “Iconografía de los Santos de Juan Cardona Muela., Edic.Itmo Madrid. 2003.]