LA CALLE INDUSTRIA DE BAÑOS DE LA ENCINA
Desde los jardinillos de la calle Las Cruz, hasta la Plazuela del Rosario, discurre esta calle, sinuosa y con una ligera pendiente. La vista de la Iglesia de San Mateo es única y distinta a todas.
Hoy tiene el horno y no queda nada de esa industria que le da nombre, pero tiene su encanto, como todas las calles de Baños y de noche en la soledad, en el silencio, con esas luces y esas sombres en los brillos de la lluvia, los reflejos.
Pase y siempre pienso en la gente que vive en esas casas y en las que han ido viviendo a lo largo de los tiempos; sus quehaceres, sus inquietudes, sus penalidades en algunas épocas y sus alegrías.
A estas horas en la casa, cenando, o viendo la televisión; no se oye nada fuera, solo el caer de la lluvia, algún canalón, cuando aprieta, mis pasos, y el clic de la máquina fotográfica. No tengo prisa, no hace frío, me encuentro a gusto, con mis pensamientos, mis recuerdos. Fantaseo con el pasado e imagino el futuro. La mente es libre y se dispara a veces. Voy y vuelvo para ver diversas perspectivas. El embrujo de la noche, y de una noche lluviosa, se apodera de todo.
DMC