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10 abril 2011


7ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA
 VEZ BAJO EL PESO DE LA CRUZ 
Largo es el camino y lento,
y el Cireneo se rinde.
Él se ha trazado una linde
en su oscuro pensamiento.
Mientras disputa violento,
deja que la cruz se hunda
total, maciza, profunda,
sobre aquel único hombro.
Y como un humano escombro
cae Jesús, por vez segunda.

¿Otra vez, Señor, en tierra,
abrazado a tu estandarte?.
Ese insistente postrarte
¿qué oculto sentido encierra?.
Mas ya te entiendo. En la guerra
por Ti luchando, transido
caeré en tierra malherido,
¿y no he de alzarme ya más?.
Yo sé que Tú me darás
la mano, si te la pido.

(Gerardo Diego) 
COFRADÍA DEL SANTÍSIMO Y LA DE SAN MATEO

Mi hermano Luis del Santisimo
La Cofradía del Santiscario Sacramento, con estatutos del siglo XVI y cuyos "alcaldes", como relata mi padre, que llevaban cetro y ejercían autoridad y organizaban las procesiones, costumbre que llegó hasta mis días. Iniciaban todas las procesiones, iban de blanco, sin capirote, y en casa eran hermanos mi padre y mi hermano Luis.

La de San Mateo, titular de la Parroquia, de la que yo era hermano, desapareció, con su "alma mater" el  Pintao, D. Pedro Rodríguez López. Iba delante y salia en Semana Santa también, y como algo especial, con una influencia italiana sin duda, eran las banderas, que precedian las procesiones y que se ponían en la puerta de la iglesia cruzadas, haciendo arco.
Hermanos del Santísimo ante S. Juan
La foto es muy curiosa, ya que delante se aprecia, el cesto petitorio de cobre, que se conservan, las banderas, los hermanos del Santísimo de blanco y a San Mateo que precede al Cristo con la Cruz a cuestas, en la calle que, al ser tan ancha, se desdoblo en dos, las actuales Hermenegildo Altozano y Celada.
La Cofradía de Santa Maria Magdalena, que se acercaba al Cristo con la Cruz a enjugar el sudor y la sangre y las del  Santísimo Sacramento, la mas antigua, según los datos históricos, y San Mateo del XIX, desaparecieron. Ya son historia, recuerdos y añoranzas.
DMC.


6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA
 EL ROSTRO DE JESÚS

Fluye sangre de tus sienes
hasta cegarte los ojos.
Cubierto de hilillos rojos
el morado rostro tienes.
Y al contemplar cómo vienes,
una mujer se atraviesa,
te enjuga el rostro y te besa.
La llamaban la Verónica.
Y exacta tu faz agónica
en el lienzo queda impresa.

Si a imagen y semejanza
tuya, Señor, nos hiciste,
de tu imagen me reviste
firme a olvido y a mudanza.
Será mayor mi confianza
si en mi alma dejas la huella
de tu boca que nos sella
blancas promesas de paz,
de tu dolorida faz,
de tu mirada de estrella.

(Gerardo Diego)