Para la mayoría de los niños de Baños de la Encina, la Piedra Escurridera era nuestro tobogán natural, nuestro parque temático; era algo especial, salir de excursión, parecía lejísimos, dejar la escuela por unas horas. Estar al aire , correr, tomar aire, estar mas libres.
Íbamos los jueves por la tarde (actividades complementarias se diría hoy), de “merendica”, de la mano en fila con la maestra atenta. Detrás de la barriada de las casas baratas, no había nada, las canteras ¡cuidado nene, están llenas de agua, no te caigas! ¡No corras! ¡No tireis piedras, os vais a aporrear!
Hace unos días estuve allí, además de parecerme una piedrecita, chica, enana, me dio pena ver el entorno tan deteriorado, sucio con mucha basura y trastos tirados. Para hacer fotos tuve que quitar una puerta, un sofá y no sé cuantas porquerías más.
Cuantos pantalones, se rompieron al escurrirnos, como pasaba con el Refugio, en la plaza pegado a la lonja, delante del Ayuntamiento.
Pediría a las autoridades y responsables, que por favor, si esta señalado en el magnifico folleto que recientemente se ha editado sobre los senderos del bronce, que se adecente y deseo mientras, que ningún forastero se le ocurra ir a la Piedra Escurridera, el lugar esta horrible, impresentable, dentro de un entorno precioso.
DMC