LA CRUZ PARROQUIAL O PROCESIONAL Y LOS CIRIALES
Las primeras noticias que se tienen de las Cruces con las manguillas se refieren al s. XVI. Hoy se le conoce con el nombre de Cruz Parroquial y prácticamente ha desaparecido la enagüilla en la mayoría de los casos, o ha desminuido su tamaño.
La de la Parroquia de Baños de la Encina es de plata con adornos y rayos sobre dorado; su longitud con el enmangue es de 68 centímetros. Los brazos tienen sección exagonal aplanada y llevan artísticos remates.
En la confluencia lleva medallón dorado y se asienta sobre templete circular, cupulado con cuatro pares de columnitas – colocadas dos a dos - formando cuatro espacios con estatuillas doradas de los Doctores de la Iglesia. El templete termina en friso circular abocetado con ocho pináculos. En el envés lleva otro medallón dorado con relieve de San Mateo, que es titular de la parroquia el templete posa sobre basamento circular adornado con acantos.
Con tendencia neoclásica, lleva la marca GUZMÁN, correspondiente a Francisco, uno de los hermanos giemnenses de este apellido, de finales del siglo XVIII. Va punzonada por LEÓN (Francisco), marcador de Jaén y puede ser de 1770.
LOS CIRIALES
Cada uno de los candeleros altos que llevan los acólitos en algunas funciones de iglesia, o acompañan a los lados a la Cruz Parroquial, para iluminar el Cristo, los llamamos ciriales, para llevar el cirio o la vela, que ilumina al Señor Crucificado.
La pareja de ciriales de la Parroquia de San Mateo de Baños, son de plata al natural y sobredorada en los adornos, de gran prestancia, midiendo cada uno 1,70 metros y las copas y remates 31 centímetros. Sus varales son gruesos, con seis tramos separados por boceles y la parte superior se ornamenta con cenefa de roseta y se estrecha en forma lobulada con cuatro elegantes ménsulas, terminando en casquete con “cardinas”, y encima cubillos portacirios gallonados.
Sus marcas son MG/GUZMAN (hechos a finales del XVIII por Miguel de GUZMÁN SNCHEZ, orfebre giennense y punzonado por LEON, tal vez Francisco). Los Guzmanes fueron una dinastía de plateros de Jaén que dejaron buenas y abundantes obras y aunque Valdovinos considera de Granada a León Guzmán y Espinar, este orfebre nació en Huelma en 1803 y se trasladó a Granada, donde tuvo taller y gozó de merecido prestigio durante buena parte del siglo XIX.
[Juan Muñoz-Cobo. “La Orfebrería Religiosa en la Iglesia Parroquial de S. Mateo de Baños de la Encina” Boletín del Instituto de Estudios Giennenses. Jaén Enero-Junio de 1990.]