Si salimos la anoche del lunes, es un día de mucha gente, pero como el martes es festivo, se puede trasnochar.
Tres matrimonios; a las diez de la noche nos citamos en mi casa, por vivir en el centro, unas copas, un poco de música de ambiente, cena sin prisa, se sale muy tarde ahora, y ya nos pusimos a arreglarnos (disfrazarnos) y el maquillaje.
Cada vez que uno de nosotros salía del cuarto, las risas se oían en la calleLas mujeres iban de sacos de patatas, “papas” en canario, pero confeccionado el traje con sacos de verdad, luego con unas letras pintadas “Papa bonita”, “Papa negra” y “Quineduar”, que es una deformación de las papas exportadas de Inglaterra (en Canarias se cuidó mucho el tema de las papas y no ha llegado el escarabajo de la patata), por no hacer exportaciones de la Península Ibérica. En los sacos de estas papas venia la leyenda “King Eduard’s”, Rey Eduardo. Gusto mucho el disfraz por la sencillez y ser tan algo de aquí, que nos felicitaron, y tuvimos que posar para las cámaras de mucha gente.
Los hombres, dos de agricultores, aquí llamados “magos” (pantalón negro, camisa blanca, faja ancha, chaleco y sombrero negro de fieltro), Manolo de lechera.
Salimos cerca de la una, y casi cogidos de las manos por la cantidad de gente, que había en las calles, miles y miles, todos bailando al ritmo del carnaval
Recorrimos los diversos escenarios para ver el ambiente, tomamos una copa, y ya casi a las tres y media de la madrugada, nos fuimos para casa. Todos decíamos que ya no era como antes que aguantábamos hasta las siete de la mañana.
A esa hora calló una tromba de agua y viento, que me despertó.
Los servicios de limpieza municipales tendrían menos trabajo, en su quehacer diario.
Lo pasamos muy bien, bailamos, reímos y nos divertimosYa salidas nocturnas, hasta el año que viene.
DMC