Recuerdo de pequeño las Novenas a la Virgen del Carmen en Baños. La Misa por la mañana y por la tarde la solemne Novena, con rosario, predicación y exposición del Santísimo, en su capilla, entrando a la izquierda.
En aquellos momentos no podía pensar, que mi trabajo tuviera que ver con la Mar, con los hombres del mar y que esa Virgen, Nuestra Señora del Carmen, La Estrella de los Mares sería mi patrona, la Patrona del Instituto Social de la Marina, donde trabajo. Era fiesta y se cerraban las oficinas, pero eso se perdió, pero este día del Carmen, de la Virgen del Carmen, para todos los que estamos relacionados con la mar, siempre será un día muy especial.
He pasado el día del Carmen en distintas localidades costeras (Lastres en Asturias, Cádiz, Santander y Tenerife y sus pueblos marineros), pero todas tienen un común denominador, la devoción a la Virgen, el cariño, el respeto, la acción de gracias. El mundo de la mar es un mundo muy difícil y peligroso y los hombres del mar, curtidos, sacrificados, muy profesionales y expuestos a muchos peligros, llevan a la Virgen del Carmen, siempre en su corazón y en sus labios.
Santa Cruz de Tenerife amanece de fiesta y se nota porque los barcos del puerto están todos engalanados, y a primera hora de la tarde el bullicio y el trafico presagian algo anormal y poco a poco se van llenando de sus habitantes y los de La Laguna, sin dejar un solo hueco la balconada de kilómetros que da al mar.
La solemne Misa en la Iglesia de la Concepción, precede a la procesión por el barrio. La Virgen, escoltada por policías municipales en traje de gala, va acompañada por su Hermandad, numerosísimos devotos, Ayuntamiento y Autoridades y la Banda Municipal de Música y es embarcada en una falúa, ya a la caída de la tarde, bajo el atronador sonido de las sirenas de los cientos de barcos y botes que la van a acompañar en su recorrido por la bahía, que la saludan y los vítores de todos los santacruceros y asistentes.
Al regreso, ya de noche, se canta la Salve Marinera, por la Coral Polifónica del Circulo de Amistad XII de Enero, así como otros motetes y habaneras a la Virgen y la procesión se detiene para que la Santísima Virgen ”vea los fuegos artificiales” que se tiran en su honor, antes de retornar a su templo.
Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte Carmelo, Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada.
El Papa Benedicto XVI, el día 15 de julio de 2006 decía:
"El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz. Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios."
Lope de Vega (1562-1635) dedicó a la Virgen una hermosa poesía, en la que ya la nombra como Estrella del Mar “Stela Maris” y que copio, por su belleza y su significado
Salve, del mar Estrella,
Salve, Madre sagrada
De Dios y siempre Virgen,
Tomando de Gabriel
El Ave, Virgen alma,
Mudando el nombre de Eva,
Paces divinas trata.
La vista restituye,
Las cadenas desata,
Todos los males quita,
Todos los bienes causa.
Muéstrate Madre, y llegue
Por Ti nuestra esperanza
A quien, por darnos vida,
Nació de tus entrañas.
Entre todas piadosa,
Virgen, en nuestras almas,
Libres de culpa, infunde
Virtud humilde y casta.
Vida nos presta pura,
Camino firme allana;
Que quien a Jesús llega,
Eterno gozo alcanza.
Al Padre, al Hijo, al Santo
Espíritu alabanzas;
Una a los tres le demos,
Y siempre eternas gracias.
Quiero tener un recuerdo y una felicitación, para todos los hombres de la mar, dedicados a la pesca marítima y extracción de productos del mar, a la marina mercante, a trabajadores portuarios, a la pesca deportiva y navegación de recreo y a la Armada española. El día 19 de abril de 1901, la Reina Regente, Doña María Cristina de Habsburgo y el Ministro de Marina, Don Cristóbal Colón de la Cerda, Duque de Veragua, firmaron la Real Orden por la cual se proclamaba, de manera definitiva, a la Santísima Virgen del Carmen Patrona de la Marina de Guerra y desde esa fecha ha estado presente no sólo en los buques y dependencias de la Armada, sino en todos los actos de especial relevancia, recabándose en todo momento su auxilio y protección.
Y desde lo mas hondo, elevo mi oración, para los fallecidos en la Mar, entonando en su memoria y con la emoción que siempre me embarga al cantarla la Salve Marinera
Salve Marinera
Salve, Estrella de los mares,
de los mares iris, de eterna ventura.
Salve, ¡oh! Fénix de hermosura
Madre del divino amor.
De tu pueblo, a los pesares
tu clemencia de consuelo.
Fervoroso llegue al cielo y hasta Ti,
y hasta Ti, nuestro clamor.
Salve, salve, Estrella de los mares.
Salve, Estrella de los mares.
Sí, fervoroso llegue al cielo, y hasta Ti,
y hasta Ti, nuestro clamor.
Salve, salve Estrella de los mares,
Estrella de los mares,
salve, salve, salve, salve.
DMC.
