SIERRA MORENA
Se espeja el sol en los tricornios acharolados
de la Guardia Civil.
Sierra de bandoleros y furtivos
del color de la tierra ¡oscura y parda…
Por aquí “los Paulinos” anduvieron
Tomás “El Colorao”, “Malas Harinas”,
“El Gafas” en los tiempos más recientes…
Pastores, ganaderos.... Todo tierra
y chaparreras mustias
por el sol estival. La tierra arde…
Y en invierno
de sol dulzón y tardes apacibles.
Un borrico cargado de retama
viene desde la Sierra hasta los hornos.
La Alcazaba
es una centinela perenne y silenciosa
con su imponente mole soleada,
y en el fondo, La Sierra, sus leyendas, sus cerros…
¡Sierra Morena! Tú eres Sierra Madre,
Sierra de bandoleros y furtivos
del color de la tierra, como tierra…
Vieja Sierra del celta, del fenicio
que escudriñó implacable
tus entrañas de plata…
El romano y el godo
también hurgaron en tu suelo origen…
¡Yo te saludo. Sierra! ¡Te venero!
Sierra de toros bravos, de los ágiles ciervos.
Sierra del jabalí de crin hirsuta,
de la perdiz arisca que estremece
sus alas, como láminas metálicas…
De la cándida tórtola, del lince,
de los cielos limpisimos y claros,
donde se explayan águilas caudales…
Donde el sol brilla: donde al esconderse
tras el Navamorquí de las leyendas,
la paleta despliega los matices
de sus mas sorprendente colorido…
¡Sierra Morena brava!
¡Sierra madre fecunda!
[Juan Muñoz-Cobo. Baños, 1975]
Se espeja el sol en los tricornios acharolados
de la Guardia Civil.
Sierra de bandoleros y furtivos
del color de la tierra ¡oscura y parda…
Por aquí “los Paulinos” anduvieron
Tomás “El Colorao”, “Malas Harinas”,
“El Gafas” en los tiempos más recientes…
Pastores, ganaderos.... Todo tierra
y chaparreras mustias
por el sol estival. La tierra arde…
Y en invierno
de sol dulzón y tardes apacibles.
Un borrico cargado de retama
viene desde la Sierra hasta los hornos.
La Alcazaba
es una centinela perenne y silenciosa
con su imponente mole soleada,
y en el fondo, La Sierra, sus leyendas, sus cerros…
¡Sierra Morena! Tú eres Sierra Madre,
Sierra de bandoleros y furtivos
del color de la tierra, como tierra…
Vieja Sierra del celta, del fenicio
que escudriñó implacable
tus entrañas de plata…
El romano y el godo
también hurgaron en tu suelo origen…
¡Yo te saludo. Sierra! ¡Te venero!
Sierra de toros bravos, de los ágiles ciervos.
Sierra del jabalí de crin hirsuta,
de la perdiz arisca que estremece
sus alas, como láminas metálicas…
De la cándida tórtola, del lince,
de los cielos limpisimos y claros,
donde se explayan águilas caudales…
Donde el sol brilla: donde al esconderse
tras el Navamorquí de las leyendas,
la paleta despliega los matices
de sus mas sorprendente colorido…
¡Sierra Morena brava!
¡Sierra madre fecunda!
[Juan Muñoz-Cobo. Baños, 1975]