Descendiste del Cielo hasta una encina
junto al rio Rumblar que cruza y baña
tierras jaeneras en el Sur de España,
de sabor medieval y son de mina.
Silueta del Castillo en la colina,
las callejas, la ermita y su espadaña,
San Fernando en leyenda y en hazaña,
Baños, bañado por la luz divina.
Sigue el pueblo pidiendo que le acojas,
elevando, Señora, su plegaria
al filo del encanto que te brota.
Y el milagro cuajó sobre las hojas
de aquella vieja Encina centenaria,
quedando tu silueta en la bellota.
(Guillermo Sena Medina)