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23 enero 2007



RETABLO DEL SANTUARIO DE JESÚS DEL LLANO DE BAÑOS DE LA ENCINA



En el retablo tenemos tres lienzos originales. El central con La Santísima la Trinidad, Padre, con cetro, Hijo con la Cruz y Espíritu Santo en forma de paloma. Posan sus pies sobre la bola del mundo sostenida por ángeles; en una cartela, vemos en rojo una cruz y la corona de espinas y el anagrama de JHS, todo entrelazado.




A la derecha el lienzo la transverberación de Santa Teresa, con hábito, postrada de rodillas y con los brazos abiertos, un ángel por la derecha le pone una flecha, a la altura del corazón. Como uno de los atributos de su iconografía,( no aparece ni la pluma ni el libro), la paloma del Espíritu Santo, como fuente de inspiración. Nos dice ella en el capítulo 39 del Libro de la Vida, que “muchas cosas de las que aquí escribo no son de mi cabeza, sino que me las decía este mi Maestro celestial”.



A la izquierda la estigmatización de San Francisco de Asís. Se representa al Santo en oración, arrodillado y con las manos extendidas recibiendo los estigmas con rayos que parten del Cristo-serafín. Suele representarse , como en Baños, con el hermano León y la calavera y el libro, como atributos propios. El cuadro está muy oscuro, quizás por deterioro de los barnices y esta es la razón de publicar una fotografía en blanco y negro de los años sesenta.



En la foto (no muy buena) se puede ver cómo estaba el Altar Mayor y el Retablo, antes de la restauración. El retablo mayor se reconstruyó en su mitad inferior con lienzos de D. Francisco Cerezo Moreno los que representan en la calle derecha al Rey San Fernando, con Baños al fondo, y San Diego de Alcalá distribuyendo comida a un pobre, y en la izquierda, con obra de D. Bonifacio Gutierrez Fuentes, representan a San Pedro Apóstol y a de San José de Calasanz (copia de Goya), en la última comunión.

Sin duda estas escenas no corresponderían con la iconografía original del retablo, que fue destruido en 1936 al inicio de de la guerra civil, pero desde luego se trata de vidas ejemplares que han recorrido el camino de conversión y dignos se seguir su ejemplo. Sin embargo si están a tono con la idea del Fundador del Santuario.



Fernando Rey III el Santo, además de la tradición local, trasmitida hasta nuestros días, de que pudiera haber nacido en nuestro pueblo, si es cierto que estuvo en Baños y lo conquistó para la incorporación a Castilla y que además le otorgó patrimonio propio y término y ¡Qué término! Más de 70.000 hectáreas. (Carlos III al crear las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, privó al pueblo de unas de 31.000 hectáreas con las que se crearon los nuevos términos de La Carolina, y Santa Elena, así como, Carboneros, las aldeas y Guarromán). Por eso aparece en el cuadro con el pueblo de Baños al fondo.



San Diego, de honda tradición en los descendientes del Fundador, dedicado a atender a los pobres, como era uno de los fines fundacionales.

San José de Calasanz, como ideario de la enseñanza y la formación. Aparecen unas mandas para costear al maestro, para que no solo instruya a los niños, sino que los acompañase a la Misa de domingos y fiestas de guardar, para que, estuvieran atentos y recogidos.



San Pedro, primer Papa de la Iglesia y además, el fundador D. Pedro García Delgadoestaba bajo su advocación y llevaba su nombre.

Cuando se procedió a su reparación, (se inicíó a finales de los años cincuenta) con muy pocos medios en todos los sentidos, se hizo una obra muy importante y sólo hay que comparar, un antes y un después, que las fotográias lo recogen, para comprender cómo se dignificó de nuevo el Santuario y el frontal, que enmarca el Camarín, que da cabida a Nuestro Padre Jesús del Llano.DMC.

[Fotos sacadas del Proyecto de Restauración de la Ermita del Cristo del Llano de Baños, por D. Esteban Fernández Navarro. Granada. Del propio archivo y otros datos de Juan Carmona Muela:”Iconografía de los Santos”.Madrid, 2003]


21 enero 2007

SANTUARIO DE JESUS DEL LLANO DE BAÑOS DE LA ENCINA
CUPULA CENTRAL






El crucero está dominado por la gran cúpula central en el que se ensalzan los atributos de la pasión, en ocho escenas separadas por estípites. Iniciaremos el recorrido, de frente al Altar Mayor, en sentido contrario a las agujas del reloj:
1ª Escena. Podemos llamarla de la Trinidad. El Espíritu Santo en forma de paloma, el Padre Eterno con amplios ropajes, sostiene en su rodilla derecha a Cristo yaciente que derrama su sangre sobre el Mundo. Sostenido por ángeles.

2ª Escena. La Virgen Dolorosa, arrodillada sobre una nube sostenida por profusión de ángeles traspasada por una espada.


3ª Escena. Un ángel sostiene el paño de la Verónica, con las tres impresiones del rostro de Cristo. Debajo dos angelillos trasportan la corona de espinas.



4ª Escena. Se ve al Arcángel San Miguel venciendo al maligno y encina del arcángel hay una cartela, que aún no se ha podido descifrar.

5ª Escena .Vemos ángeles y querubines portando la cruz entre nubes.



6ª Escena. Un ángel lleva la escalera, que sirvió para el Descendimiento, mientras que otro lleva la lanza, que atravesó el costado y la caña con la esponja, que le fue acercada a los labios, empapada en vinagre.
7ª Escena. Dos ángeles sostienen la túnica, sin costuras, mientras mas arriba, dos angelillos, parece jugar con los tres clavos y un martillo.

8ª Escena Un ángel coge la columna donde fue azotado y debajo otro sostiene los látigos de la flagelación, mientras un tercero porta la cartela con el I-N-R-I. (Jesús Nazareno Rey de los Judíos).


La cúpula descansa sobre pechinas pintadas con medallones con los cuatro evangelistas. San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan. Cada uno con su correspondiente atributo iconográfico.



[Fotografías: algunas sacadas del Proyecto de Restauración de la Ermita del Cristo del Llano de Baños, por D. Esteban Fernández Navarro. Granada .]

18 enero 2007

1807. TRASLADO DE TIENDAS DE LINARES A BAÑOS POR LA SITUACION ECONOMICA.

En el Libro de Actas del Cabildo de Linares en su reunión de 13 de mayo de 1807, se señala que siendo la situación económica extremadamente grave “se habían cerrado varias tiendas, trasladándose algunas de ellas a Baños de la Encina”

XVI ITINERARIO FLAMANCO” A LA VERDE OLIVA” EN BAÑOS

El pasado día 30 de diciembre de 2006, se celebró dentro del XIV Itinerario Flamenco ”A la Verde Oliva”, la actuación de la cantante Rocío Segura acompañada a la guitarra por Manolito Herrera, en la sede del Partido Comunista de Baños de la Encina.
El itinerario esta patrocinado por la Diputación Provincial en su área de cultura y la Peña Flamenca de Baños “Antonio Laruta”.


En un salón abarrotado de socios de la Peña, amigos y aficionados, decorado con carteles alusivos a festivales y cantantes, se iniciaba el acto con la presentación del mismo, por Faustino Céspedes, hijo mayor del inolvidable Antonio Céspedes Nieto, “Laruta”, agradeciendo al Partido Comunista, por tener siempre sus puertas abiertas, a las actividades de la peña donde poder realizar estos actos y a todos los presentes por su presencia, señalando que esta noche íbamos a tener el gran honor de escuchar a una joven cantaora almeriense y por tanto “taranta”, como es Rocío Segura, que es uno de estos jóvenes talentos en el difícil arte del flamenco, pero a pesar de su juventud cuenta con numerosos premios, destacando por todo lo que representa la” Lámpara Minera” de la Unión en el año 2000.
Nos contó Faustino que su debut como cantaora lo hizo de la mano de un maestro de la guitarra como es Juan Carmona “Habichuela” en 1995. Ha actuado en el Teatro Albeniz de Madrid y ha efectuado varias giras por el extranjero, actuando en la Bienal se Sevilla, ha grabado varios discos y se puede decir que es una artista consagrada.
Manolito Herrara de Sevilla, tocaor de la vieja escuela, le acompaña y antes de dar paso a Rocío y agradecer a la Confederación de Peñas, el poder tener entre nosotros, tanto a Rocío como a Manolito, felicitó a todos el nuevo año.

Aplausos para Faustino se mezclaron con los que se ofrecieron a Rocío y Manolito al ocupar el escenario.

Rocío nos deleitó con sus cantes de levante, fandangos, granaina, seguidilla, mineras, tonás y un amplio repertorio demostrando su poderío en la voz, su modulación en el tono y su entrega total, lo que agradecimos todos los buenos aficionados con calurosos aplausos.

Es una pena, que la Peña Flamenca “Antonio Laruta”, de la que me siento orgulloso de ser uno de los socios fundadores, no tenga una sede estable facilitada por el Ayuntamiento, como pasa con todas las Peñas de la Provincia. En Baños, parece que el flamenco no está dentro de los parámetros de la cultura. Por favor no consintamos que esto tan nuestro, pueda desaparecer por la desidia de algunos, o lo que es lo mismo, por la falta de interés que le tienen al Flamenco.
DMC.

11 enero 2007

CUENTO DE LA ACEITUNA

Faustino Céspedes Nieto

Desde la atalaya de mis bastantes años he visto pasar y desaparecer las costumbres y tradiciones que me traen gratos recuerdos y al recordarlas me hacen sentir nostalgias de aquellas vivencias tristemente hoy desaparecidas que ocurrían siendo yo un jovencito con no mas de 10 ó 12 años.

Esto que a continuación relato ocurría en aquella época en cualquier pueblo de nuestra provincia de Jaén, tierra olivarera por excelencia, costumbres que mi abuelo vivía diariamente y adornándolas con su gran imaginación me contaba y tal como él hizo conmigo así lo cuento yo a vosotros, a todos los niños y jóvenes que no habéis podido disfrutar de aquella época en la que se jugaba con mas imaginación y hoy se juega con la videoconsola. Lo cuento con el deseo de que ya no es posible su recuperación, al menos no caigan en el olvido porque es una parte muy importante de nuestra historia y cultura.

Pues bien hace muchos años la recolección de la aceituna no se parecía en absoluto a la que actualmente se lleva a cabo en estos días. Y es que el proceso para bien o para mal cambia las costumbres y hasta la vida de las personas, haciendo que un trabajo agradable y ameno se convierta en rutinario y tedioso.

En aquella época todas las casas con gran extensión de olivares tenían a su servicio un “Manijero”, hombre de confianza del dueño de las fincas y que se encargaba de formar una cuadrilla para echar la temporada de la recolección. Mi abuelo fue manijero de una casa grande.

Estas cuadrillas estaban formadas por el mismo Manijero que dirigía las faenas y era buen conocedor de la ubicación de todas las fincas que tenían que recolectar.

Había también un Montonero que con aquellos artefactos de madera y alambre llamados “limpias” se encargaba de de separar el “ojin” y la tierra de las aceitunas. La “limpia” en su parte alta tenía un cajón de madera llamado “tolva” donde se vaciaban aquellas espuertas grandes de esparto llamadas “medias”.

A este hombre lo acompañaba un chiquillo que era su ayudante, el cual se situaba en la parte baja de la limpia donde se colocaba el esportón para que cayera la aceituna, pero las piedras y terrones que no se colaban entre los alambres iban a parar a las manos frías y enrojecidas por tanta pedrada del zagal, que como misión tenía la de quitar de la espuerta guijarros y terrones tantos como dieran de si sus hábiles manos y de vez en cuando dirigía una mirada hacia arriba para ver cuando el montonero abría la compuerta del cajón.

Estaban los “Vareadores” o “Varas”, hombres curtidos en las faenas del campo y que eran los encargados de vapulear con sus largos garrotes al árbol para que soltara su fruto y aquel que se resistía a que se lo quitaran por ser una oliva “terrosa”, recibía tal paliza de garrotazos que al final se quedaba sin fruto y sin hojas, que era la misión de las varas.

Las mujeres formadas por grupos de 3 ó 4 se situaban en cada oliva para recoger del suelo la aceituna que las varas previamente habían tirado.

A estos grupos de mujeres los acompañaba un chiquillo que a la voz de “espuerta” corría raudo a vaciar las esportillas de esparto llenas, en la “media” que se colocaba en medio de la “camá”, espacio de tierra que separa una fila de olivas de otra, que una vez llena un muchacho “medio pollo" se encargaba de trasportarla a la limpia.

El atuendo de estas mujeres lo componía, un refajo de tela gruesa, pañuelo en la cabeza anudado al cuello y cascaravitos de bellota en los dedos para medianamente protegerlos y para poder arrancar del barro las aceitunas que habían quedado clavadas.

No quedaba suceso que hubiera acontecido en el pueblo o aquellas novelas de Matilde Conesa, Pedro Pablo Ayuso y Matilde Vilariño, como Ama Rosa," Los hijos de Nadie", "El derechos de nacer" etc., que a través de la radio hacían llorar a moco tendido a toda ama de casa, que en grupos mas numerosos de los que componían la oliva, se reunían en casa de alguna privilegiada vecina, que por aquel entonces tenía la gran suerte de poseerlos un aparato de radio, para maldecir a aquellos energúmenos que a través de las ondas les hacían llegar sus maquiavélicas acciones y para compadecer a los héroes y heroínas que pasaban las ducas hasta que se descifraba el enigma de estos sucesos, por cierto siempre favorables a los ” buenos”, capitulo que al día siguiente se comentaba y juzgaba durante la jornada de recolección.

Pues bien esto era parte de la misión de aquellas cogedoras de aceituna, otra consistía en echar el pañuelo, acto que consistía en estar vigilante de cuando llegaba el dueño para quitarse el pañuelo de la cabeza y arrojarlo a los pies para que este se diera por aludido y recogiera la prenda con lo que se comprometía a invitar al día siguiente a la cuadrilla, invitación que consistía en media arroba de vino para los hombres y algunas gaseosas de aquellas de cierre de bola, que después los chiquillos recogíamos para jugar a las “bolas” o “canicas”, estas para las mujeres y algo de embutido de la matanza para pasar el trago.
La aceituna una vez limpia era envasada en “serillos” de esparto, labor que realizaban el montonero y su ayudante.

Una vez evasada se trasportaba al molino a lomos de yuntas de mulos que conducían los muleros, para su proceso de molturación y extraerle después de machacada con enormes rulos cónicos de granito y prensas de capachos ese oro liquido que llamamos aceite y que tan buen paladar deja cuando nos comemos un “cucharro” con pan de pueblo. El mulero solía ser un personaje algo bruto, digo yo, que sería por su continuo vivir al lado de las bestias y algo se le contagiaría de estas, que juraba en arameo, cuando alguno de estos animales hacia caso omiso a su voz de mando.

Un año de aquellos, como tantos otros, llegó al pueblo para la temporada de la aceituna una familia de la provincia de Sevilla, compuesta por el matrimonio, cuatro hijos y la abuela, madre del cabeza de familia, que era la encargada de preparar comida y talega para su hijo Ramón, para Isabel, mujer de este y para sus nietos Ramón, Manuel, José e Isabelita, la mas pequeña de esta familia temporera. Ramón padre, era un hombre que pasaba de los cincuenta, persona curtida por el sol y el aire de ese campo andaluz donde se ganaba la vida y sacaba a su prole adelante yendo y viniendo de aquí para allá para recolectar lo que el campo daba en cada época.
Hombre afable, respetuoso, aficionado a leer todo libro, periódico o escrito que llegara a sus manos, aprovechando el poco tiempo que tenía libre para dedicárselo a estos menesteres, porque según él decía, la persona culta siempre es mas libre, máxima que intentaba trasmitir e inculcar a sus descendientes.

Pero su mayor afición era el cante flamenco, que lo decía a las mil maravillas a pesar de ser un simple aficionado como él gustaba de llamarse. Según él, cuando le preguntaban si le gustaba mas el cante gran o el cante chico, repondrá siempre con la misma firmeza y convicción que no había dos tipos de cante, sino cante bien interpretado y ponía como ejemplo que un fandango "cantao" con sentimiento se puede comparar con cualquier oro tipo de cante y entonces salía a relucir esa afición y ese conocimiento cuando empezaba a explicar cuantos estilos de fandangos se cantan en Huelva. Muchos, decía, y todos con su sello propio, unos hablan de amores y desamores, otros de penas o alegrías, de vivencias diarias como la caza y otros muchos dedicados a la Virgen del Rocío que hablan de Marismas y Doñana y para apoyar esta teoría se entonaba y cantaba algún fandango como aquel que hablaba de un cazador de la época que con una escopeta “mora” tenía que buscar diariamente el sustento para su prole.

Sin cédula ni licencia
Soy un cazador furtivo
Sin cédula ni licencia
La liebre que se me arranque
De un tiro la dejo muerta
Aunque esté el guarda delante
.

O aquel otro que estaba dedicado a la Virgen y decía:

Andando
Contigo Reina del Cielo
Voy por el camino andando
Y cuando llego a tu ermita
Cantándote por fandangos
Te rezo Virgen bonita.

Y hablaba del Gloria y del Carbonerillo cantaores que habían marcado una época en el cante y que hicieron grande al fandango y entonces cantaba aquel del Niño Gloria:

Hablaba con las estrellas
Un loco en su desvarío
Hablaba con las estrellas
Y susurraba Dios mío
Cómo voy a vivir sin ella
Si era mis cinco sentíos.

Mi abuelo que también se tenía por un buen aficionado al Cante gustaba de charlas con Ramón y con algún miembro mas de la cuadrilla que por la noche, después de regresar y asearse un poco, se reunían en casa del Manijero, o sea en casa de mi abuelo para cobrar el jornal, y en torno a una botella de vino y un plato de aceitunas aliñas salía a relucir amigablemente, la eterna polémica de las preferencias.

A mí donde se ponga el Niño Marchena, por fandangos, no llega nadie, decía mi abuelo, a esto otro contertulio respondía, pues para cantar fandangos, como Pepe Pinto ninguno, con esos cantes que hacen llorar a las madres como ese que dice:

Desde la cuna
A mi Mare de mi alma
La quiero desde la cuna
Por Dios no me la avasalles
Que Mare no hay mas que una
Y a ti te encontré en la calle.

Y así entre trago y trago de vino y su correspondiente aceituna de tapa cada cual expresaba su preferencia hacia uno u otro cantaor.

A esto Ramón observaba y escuchaba a cada uno de los allí reunidos y cuando todos hubieron dado su veredicto flamenco carraspeó para llamar la atención de los presentes y con esa autoridad que le daba el tenerse por buen aficionado al cante y conocedor a través de lo leído, de este arte tan andaluz, medió entre la disputa y habló.

Escuchad: el aficionado al flamenco verdaderamente siente preferencia hacia uno u otro cantaor, pero el buen aficionado sabe coger de cada cantaor lo mejor que tiene y todos le gustan por igual y para terminar esta reunión voy a cantaros un fandango que me enseñó mi padre cuando esto que dice la letra verdaderamente ocurría:

Lo que había rebuscao
La guardia a mi me quitó
Lo que había rebuscao
Que van a comer esos niños míos
Si también me han espuntao
Los espárragos que he cogió.

Y así, de esta manera, después de haber dado buena cuenta de la botella de vino, del plato de aceitunas y haber dado cada uno su versión sobre el cante, se despedían con un ¡bueno señores hasta mañana Dios mediante! Y cada cual volvía a su casa para descansar y emprender al día siguiente la faena.
Baños de la Encina, 1 de enero de 2007
Faustino Céspedes Nieto

[Tengo hoy la gran satisfacción de alojar en mi Blogs, el relato de un entrañable amigo, amante de Baños y sus cosas y gran cantaor de flamenco, por algo es hijo del inolvidable, Antonio Céspedes “Laruta”, me refiero a Faustino y les dejo con su relato, que trascribo del manuscrito que me dejó .DMC]