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10 mayo 2007

MONUMENTO A LA VIRGEN DE LA ENCINA DE BAÑOS.

En estos días, ya en Feria, que se celebra en Honor de la Virgen de la Encina y Nuestro Padre Jesús del Llano, es el momento de recordar la inauguración del Monumento a la Virgen de la Encina que hay en la plaza de Baños

La plaza de Baños se había arreglado y de la tierra, donde jugábamos a la pita, a pidola, a las bolas, a las chapas, al trompo o a los “santos” y a todos esos juegos, que de manera espontánea iban cambiando según las estaciones, se puso un firme de hormigón, acerado de losetas de cemento y bordillos de piedra labrada, jardín central con siete parterres de plantas y flores y una columna de tres farolas de iluminación, quedando en magnificas condiciones para el transito de los coches, y para solaz del vecindario por ser lugar de concurrencia en veladas y festejos populares. Recuerdo las verbenas del verano, San Juan, San Pedro, Virgen de agosto, amenizadas por la rondalla del pueblo, debajo del balcón del Ayuntamiento, con micrófonos y amplificador, para que se oyera a través de unos rudimentarios altavoces

En la plaza estaba el bar de Chapa, lo que le daba un trasiego de gentes. Sin duda, tiene que ser Baños, el único pueblo del mundo, que no tenga un bar en la plaza principal. Las obras de arreglo de la plaza en aquel año costaron 80.000 ptas.

El día 8 septiembre 1953, Su Santidad el Papa Pío XII, decreta por la Carta Encíclica “Fulgens Corona“ la celebración del Año Mariano en todo el mundo con motivo del I Centenario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen, y en 1954 se celebra el Año Mariano y con ese motivo el Excelentísimo Ayuntamiento de Baños, aprueba la realización de un Monumento a La Virgen de la Encina, con un coste de 15.000 ptas., que es inaugurado el 19 de julio de aquel año, por el Obispo de la Diócesis D. Félix Romero Menjibar.

El Monumento es muy sencillo en piedra arenisca, con un basamento, podio con leyenda de la fecha de la confección, oferente y el escudo del Ayuntamiento, especie de capitel y la Virgen de la Encina a su tamaño. Con la remodelación de la plaza se cambió de sitio y se colocó en medio de una fuente, que tristemente nunca he visto funcionar y que siempre está suicísima, llena de papeles, plásticos y latas de todo tipo.

Teniendo en cuenta donde está, en el centro neurálgico y turístico de Baños, inicio de las diversas rutas y por lo tanto, paso obligado de propios y extraños, deseariamos que el Ayuntamiento tuviera un exquisito cuidado en su mantenimiento, primero por ser el Monumento a nuestra Patrona, que este año se cumplirán 53 años de su inauguración y por respeto a los muchos turistas que nos visitan.

En ese mismo año de 1954, por iniciativa del Párroco D. Manuel Álvarez y enmarcado en los actos del Año Mariano, la Virgen de Fátima, visitó todas las casas del pueblo, pasando 24 horas en cada una de ellas. Recuerdo a D. Manuel llevar “en brazos” a la Virgen de una casa a otra y poner una especie de silueta con bombillas, para iluminar a la Virgen. En todas las casas, y bien lo recuerdo, pues como monaguillo la acompañaba en los traslados y en el Rosario que se rezaba, con los que vivían en ella, familiares y vecinos, se montaba el altar con todo lo mejor que tenían.
DMC.
[Dibujo de mi padre 1972]
Nuestra Señora de la Encina de Ponferrada


Recorriendo el Camino de Santiago, en coche, por ir con mi hija de 7 años, paramos en Ponferrada. Algo me había sentado mal , pero no podíamos dejar de ir a la Basílica de Nuestra de la Encina, y postrarnos a las plantas de la Patrona del Bierzo. Asistimos a la Misa de 12, en el Altar Mayor, presidida por Nuestra Señora. Emociona estar en Ponferrada ante la Virgen, con la misma advocación, de la del pueblo que me vio nacer.
El origen de la devoción a Nuestra Señora de la Encina es semejante con otras muchas advocaciones: Una imagen que se guardó, en el hueco de una encina, en una alacena o enterrada, para evitar una profanación y después de bastante tiempo fue hallada, de manera casi siempre, casual
Centrándonos en la Virgen de la Encina, encontramos un documento de 1.707 en el que D. Jerónimo Ares de Bahamonde, sobrino de María Maldonado, persona ésta última curada milagrosamente por intercesión de la Virgen, nos dice:

"La imagen de Nuestra Señora de la Encina la trajo Santo Toribio, Obispo de Astorga, de Jerusalén, aproximadamente por el año 450, la dejó en Astorga donde estuvo más de 400 años, hasta que en tiempo de San Genadio, también Obispo de Astorga, en una entrada que hicieron los moros, la sacó de allí con una arqueta de reliquias, y la trajo a Ponferrada.
El territorio, que hoy ocupa la ciudad, era de encinas altas. Y ocultándola en una encina, perseveró en esta custodia casi trescientos años, hasta 1.180.

En este tiempo los Templarios, señores de esta villa, fabricaron la fortaleza... El Rey de León les pone a lo largo del Camino de Santiago, para que protejan a los peregrinos.
En el encinar cercano el Puente de los Hierros, lugar peligroso para todas las caravanas, les permite construir su casa fuerte. Es el año 1.178 y viene al frente de ellos el Maestre Fray Guido de la Guarda, en este año se establecieron en Ponferrada.
Entre el encinar y el río, al lado del camino, comenzaron la tarea: Grandes muros con piedras de tamaños increíbles, diversas estancias, extrañas ventanas, la torre erguida y soberbia torre del homenaje...
Los bosques de las encinas les proporcionaban cuanta madera podrían invertir en su edificación.
Un 8 de Septiembre de un año cercano al 1.200, los caballeros están derribando una gran encina, fue grande su sorpresa, cuando ven que sólo ha caído la mitad del árbol, la otra ha quedado en pie y en ella hay una imagen bizantina de la Virgen María con el Niño Jesús en los brazos. Tiene bajo sus plantas una arqueta y le sirven de marco y dosel las orillas del tronco resquebrajado... Se llamó desde un principio: Virgen de la Encina"
Poco después del hallazgo se levantó un templo en aquel lugar, con el paso del tiempo resultó insuficiente por la gran influencia de personas que llegaban al santuario y quedaban asombradas por no poder halla cobijo en él.
Se vio la necesidad de derribarlo, no se sabe cómo era, alrededor de 1.344 se consagró el segundo templo, que duró unos doscientos años, hasta que en 1.572 fue destruido para dar paso al tercero, que es el actualmente existe.

No se sabe exactamente el lugar de la anterior iglesia, se han dado diferentes opiniones. Lo cierto es que la actual no se encuentra en el mismo sitio que la precedente, al menos el presbiterio y el crucero, pues, en algún tiempo coexistieron las dos, como se deduce de la autorización del 12 de marzo de 1.571, que concedió el Obispo de Astorga, D. Diego Sarmiento de Sotomayor, al Abad de Carracedo para que, si lo creía oportuno procediese a la bendición de la iglesia nueva de Nuestra Señora de la Plaza (la Virgen de la Encina). Procedió a la bendición el 24 de marzo del mismo año. También le da permiso para "derrocar" la iglesia vieja, para que con sus materiales "con más comodidad y presteza se acabe la dicha iglesia nueva".
La actual se comenzó con bellas formas y ambiciosas proporciones, más tarde, por razones ignoradas, las proporciones del templo tuvieron que ser reducidas y sus formas simplificadas.
No sucedió así con la torre comenzada su edificación en 1.614, iniciada con unos planes sencillos fue ganando altura, resultando elevada y bellísima hasta el punto que ha merecido el nombre de "Giralda del Bierzo".
La planta de la iglesia es de cruz latina, el presbiterio y el crucero se cubren con bóvedas e crucería.
Arquitectónicamente el templo de la Encina se nos muestra grandioso en su espacio, aunque desacertado en las proporciones de altura, que no corresponden, como bien advirtió Gómez Moreno, con las dimensiones de la planta.
En 1.707 se construye el camarín de la Virgen detrás del presbiterio.
S.S. Pío Xll en 1.958 declaró Basílica a la iglesia de Nuestra Señora de la Encina.

La imagen.
En el interior del templo destaca el retablo mayor, construido hacia 1.630. En 1.640 lo doró y pintó el berciano Francisco Velázquez Vaca, en él se venera la imagen de la Virgen de la Encina, Patrona del Bierzo.
La imagen actual no es la que la tradición dice que trajo Santo Toribio de Jerusalén, pues, data del primer tercio del s. XVl. Es de talla, mide 88 centímetros, con facciones casi de niña, su mirada es suave, tierna y pura; el Niño está en su regazo, como en los primeros meses rollizo, con la mirada suave, sin que mire a la Madre ni ésta al Niño.
La devoción de los pueblos del Bierzo a su Virgen de la Encina y la protección de Ella sobre estas gentes tuvieron su reconocimiento oficial por parte de la Iglesia en una Bula Pontificia expedida en Roma en el año 1.908 por la que se reconoce el Patronato de la Virgen sobre toda la comarca y se autoriza para que se pueda coronar canónicamente. Acto que tuvo lugar el 8 de Septiembre de aquel mismo año en una Misa al aire libre en el "Campo de la Cruz", ya que el templo parroquial era pequeño para albergar a tanta gente, que asistió a la ceremonia.

[www.diocesiscastillayleon.or]