LA LUNA LLENA Y SU INFLUENCIA
Siempre me gustó la luna, me atrajo desde niño, entonces pequeño no sabia casi nada de ella, pero en Baños, en invierno, las noches cerradas y oscuras, ventosas y con tantas historias de miedo que contaban las muchachas en la cocinaal rededor de la chimenea, deseaba que psaran los dias, el ciclo lunar del que sabia solo que en unos días volveria a lucir la luna y a iluminar la calle y la plaza, sin necesidad de quellas bombillas que con su sombra daban más miedo.
Luego ya uno estudio en la escuela y en el colegio, los ciclos lunares, las mareas y empezó a leer algunos relatos, de miedo y algunos de terror, de la luna llena, los lobos, los muertos que salian de las tumbas en esas noches (con el cementerio del Castillo al lado, la imaginación se iba en todos derroteros).
En Baños, quizás por su paisaje urbano, la luna resplandece con mas intensidad, y recorrer el entramado de sus calles y plazas n días de luna llena, es algo especial, distinto y diría que único.
Santa María, con sus casas de piedra y el arco que las enmarca.
La plaza Mayor, desde todos los ángulos, y mires por donde mires, es una belleza, una tranquilidad y serenidad en la noche, un meditar, en guerreros, el caballeros, en la mesnadas, en los toques de las trompas de caza, ante algún peligro o alerte, en las campanas, que siempre fueron aviso para la oración y para convocar al pueblo.
A las asambleas del Concejo (los documentos lo atestiguan), para proclamar los bandos y las buenas nuevas, para avisar de los peligros, incluidos los fuegos (recuerdo en los veranos, para llamar a los hombres, con su azada o hacha para apagarlos en la sierra), para comunicar la agonía de alguno de los conciudadanos, como hoy, para que se elevaran oraciones por su alma, que dejaba este mundo.
La Parroquia de San Mateo con su esveltez y armonía de lineas, con tu torre y sus campanas, en atrio de reuniones, transacciones y tratos.
Frente, la monumentalidad del castillo de Burgalimar, su historia milenaria, sus historias; Su importancia en tantos años, y el orgullo de los bañuscos de tener y conservar este Monumento Nacional, cada vez mas conocido, estudiado y visitado.
La luna callejeando, en las noches sernas y en las noches lluviosas, que añaden el brillo de las piedras, los charcos que se reflejan, las paredes mojadas, y el silencio de las calles, que invitan al pensamiento intimo y a la meditación, a que la imaginación vuele y a formase mil historias.
Hagan la prueba, cada luna es distinta, cada noche es diferente, cada recorrido sorprendete.
DMC