MARIA VICTORIA CUBERO DEL POZO HA MUERTO
Me había quedado, en la misma puerta de entrada al Camarín. Estaba dándole vueltas y vueltas y ciertamente me daba miedo, me daba pánico tener que entrar para describir esa maravilla, ese “Cielo”. Por la dificultad de una acertada explicación, para poder entenderlo y también por sentirme incapaz por tanta grandeza, tanta complejidad y sobre todo por tanta belleza y tanta espiritualidad.
Y la mañana del día 16 de este mes de febrero, mi madre me dio la triste noticia de la muerte de la Hermana María Victoria.
Me había quedado, en la misma puerta de entrada al Camarín. Estaba dándole vueltas y vueltas y ciertamente me daba miedo, me daba pánico tener que entrar para describir esa maravilla, ese “Cielo”. Por la dificultad de una acertada explicación, para poder entenderlo y también por sentirme incapaz por tanta grandeza, tanta complejidad y sobre todo por tanta belleza y tanta espiritualidad.
Y la mañana del día 16 de este mes de febrero, mi madre me dio la triste noticia de la muerte de la Hermana María Victoria.
Descanse en paz. En Navidad recibí su último correo desde Villa Pilar y me decía “Me quedé muy débil y tuvieron que ponerme sangre, además de la quimio. Espero mejorar, si así Dios lo quiere, acepto lo que El quiera”. Sin comentario.
He tenido la suerte de frecuentar su trato. En la enfermedad de mi padre le llevaba la Comunión, lo acompañaba, con gran consuelo, contrarrestando con otras actitudes nada cristianas. Le escribí desde Tenerife, dándole a ella y a la Comunidad, las gracias, por tantas atenciones espirituales y humanas y desde ese noviembre de 1998 seguí un contacto continuo. Recuerdo largas charlas en la mesa camilla de la entrada del Convento, de su conocimiento del pueblo y su preocupación y de las dificultades con la Junta de Andalucía por el concierto del Colegio, de algun problema económico, del trabajo pastoral en la Barriada y la Parroquia, y siempre el interés y su preocupación por mi madre al quedar sola y de otras muchas cosas.
Me llevó al Camarín, en varias ocasiones ¡Que bien describía su iconografía y cómo lo admiraba y conocía! En el mes de septiembre, pasados los Esclavos de 2004 me acompañaba a hacer unas fotos en el Camarín y la Hermana Mª Victoria quedó reflejada en uno de los espejos, como uno mas de esa multitud de Santos y Ángeles que lo decoran, junto al Cristo, como siempre.
He tenido la suerte de frecuentar su trato. En la enfermedad de mi padre le llevaba la Comunión, lo acompañaba, con gran consuelo, contrarrestando con otras actitudes nada cristianas. Le escribí desde Tenerife, dándole a ella y a la Comunidad, las gracias, por tantas atenciones espirituales y humanas y desde ese noviembre de 1998 seguí un contacto continuo. Recuerdo largas charlas en la mesa camilla de la entrada del Convento, de su conocimiento del pueblo y su preocupación y de las dificultades con la Junta de Andalucía por el concierto del Colegio, de algun problema económico, del trabajo pastoral en la Barriada y la Parroquia, y siempre el interés y su preocupación por mi madre al quedar sola y de otras muchas cosas.
Me llevó al Camarín, en varias ocasiones ¡Que bien describía su iconografía y cómo lo admiraba y conocía! En el mes de septiembre, pasados los Esclavos de 2004 me acompañaba a hacer unas fotos en el Camarín y la Hermana Mª Victoria quedó reflejada en uno de los espejos, como uno mas de esa multitud de Santos y Ángeles que lo decoran, junto al Cristo, como siempre.
Si. De nuevo seguiré con la descripción del Camarín, recordando a la Hermana Maria Victoria, con la seguridad, que seguirá muy presente en Baños de la Encina, pues no la podremos olvidar.
Ya descansa, para siempre, en la paz de Jesús Crucificado del Llano.
DMC.