BAÑOS DE LA ENCINA DESDE LA 

CARRETERA DE BAILEN

Siempre digo lo mismo pero es que es verdad, Baños no tiene mil vistas, por decir una cantidad, sino tantas , como queramos y sepamos mirar.

El olivo en primer plano, nuestro sustento y alimento, "el laero", y el Castillo, desde aquí, tapado por los olivos no se ve la Iglesia, pero si, al fondo, el Santuario del Santo Cristo, de Jesús del Llano, y parte de la repoblación, asi el contraste de los colores, la gama de los verdes, es muy propia de Baños.

 El Castillo, siempre fiel guardián y garante de sus gentes.

DMC

CINCUENTA ANIVERSARIO DEL CONVENTO DE BAÑOS DE LA ENCINA

COLECTA  POPULAR (II)

El día 30 de septiembre  de 1960 se hace otro ingreso, por importe de 2.520,50 ptas., con cantidades que van de una a mil pesetas. Todos son importantes y todos, sin duda, tienen su mérito y están en nuestro recuerdo y agradecimiento.

Así empieza la lista, al dorso del impreso de la Caja, manuscrita por mi padre, con Salvador Álvarez Rumí, donante anónimo, Sara Hernández Luisa Gómez Torres, Juan Palomares, Federico Gil de Muro, Eulogio Duque, Gregorio González, Rosa Coronado Galindo, Teresa Solana, Ambrosio Fernandez, Juan Ranea, Luis Moreno Briones, Miguel Campillo, Francisco Laguna, Pedro Ortiz Romero, José Garrido, E. Moreno Parrilla, Manuel Villarejo, Miguel Mesa, Juan Martinez, Francisco Gonzales Zarco, Eduardo Pérez, Catalina Conejero, Antonio Conejero Nieto, Francisca Paniagua, Rafael Gómez Zarco, Francisco González López   Alejandro Mondaray, Agustina Moreno (Con letras de oro, su aportación de una peseta), Salvadora Zamora, Manuel  López López, Pedro López López, Diego Garcia Cano, Eugenia Adán, José Ranea, Juan Moreno, Encina Suarez y un donante anónimo, con un total de 39 relacionados.

Mientras tanto se iban recibiendo los giros y las trasferencias, y se mantenía la correspondencia con la Madre General, para darle cuenta de todas las actuaciones. Dedicaremos un capitulo a esta correspondencia tan interesante, lo malo es que no tengo los borradores de las cartas de mi padre a ella, algunas cosas se pueden sacar por las contestaciones, pero, de verdad fueron momentos muy intensos, y de una gran ilusión, con las obras, que iban progresando, las cartas y llamadas de aliento, el interés de todos, bueno casi todos, en todo plato de garbanzos, siempre se cuela uno negro o de cierto color oscuro.

Pero todo se hacía para mayor gloria de Dios, sin protagonismos, con humildad como fue el Convento, la Casa de las Monjas,  dignidad, pero sencillez, y Él tenía que ayudar, no a mi padre,(él fue el motor, el impulsor, el timonel) a todos los implicados en esta magna tarea, en años muy difíciles.

DMC