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28 mayo 2012

JESÚS DEL CAMINO Y LAS SEÑALES DE TRÁFICO


Jesús del Camino, en la via que llega a la Virgen.
No estaba el primer domingo de Mayo, la romería a Jesús del Camino, ni el segundo que se celebró la de la Virgen de la Encina.

En mis paseos mañaneros al campo, ya aprieta el calor y por las mañanas aun se puede pasear, me acerque al Santuario de la Virgen de la Encina.

El pilar inmaculado, blanco, retama en flor en los padrones, camino arreglado a la mitad mas o menos, y claro sorpresa al acercarme a la ermita donde l cantero gravó ese pensamiento, esa oración esa enseñanza del maestro: “ EGO SUM VIA”,  “Yo soy el camino”, al ver las señales de tráfico de limitación de velocidad y de tonelaje.

¿No habrá otro sitio a todo lo largo de la carretera? Tenia que ser al lado de nuestra querida capillita, de 1719, donde siempre el bañusco se para, se quita la gorra y se asoma.

Desde allí se ve la Virgen de la Encina en una maravillosa estampa en medio de los olivos.

Hay que respetar nuestros monumentos y si hice una protesta por ver un cartel clavado en la puerta de nuestro Castillo Milenario (Hoy sigue el cartel , desde mi punto de vista, profanando el Monumento Nacional), hoy quiero hacerla por los carteles, que afean a Jesús del Camino.

Cuidemos y ammos nuestro patrimonio

Gracias

BAÑOS DE NOCHE


Quizá sea reiterativo, pero es el camino de casa de mi madre, en Fugitivos a la mía en la Cuesta de los Herradores.
Donde he vivido de pequeño. La plaza con los juegos, terriza, juagábamos a las bolas y el hoyo se hacia muy bien. Luego ya arreglada y ajardinada. Las bicicletas y otros juegos. Las siestas insoportables, cálidas y  aperreadas.
Los vecinos. Ramón y Lucia, con el horno, los haces de  monte, el olor del pan recién sacado del horno.
La sastrería mas debajo de Juan Canales y el jaleillo, las canciones mientras cosían en aquellas sillas bajitas, llenas de alfileres y agujas por debajo.
Los Valle, los Tendero, el bar de Chapa y mas abajo, pasado el Ayuntamiento, el de Segundo. Los alguaciles.
Las Viudas, Don Juan en la botica.
El Horno del Serio y mis tíos. Los visitaba a diario, siempre había gente.
Los Columpios, el Perrillero, las Maria  Manuelas.
Mis tíos los Jiménez, los Roselló, Paquito y la tienda.
Ya en mi calle teléfonos.
Cuando vuelvo por la noche mis pensamientos vuelan, y se acrecientan mis recuerdos, en el silencio de la noche, ante esta quietud y ante tanta belleza.
DMC