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31 octubre 2006

ANGEL CORTES JIRONA, ARTESANO DE 83 AÑOS.



Lo recuerdo cuando bajaba por la calle Santa María con su morral. Trabajó en Doña Eva y alguna vez fui con él a la Sierra. Al final de su vida laboral se coloca de guarda en la Fundación “La Cruz” y ahí se jubila.
Lo visito en la Calle Amargura, en su “taller de artesano.” Está recién llegado y se ha encontrado en la calle un liotillo de plumas amarillas y las está desliando, de un celo que las atrapa. El taller no es muy grande, pero muy ordenado tanto herramientas como toda clase de trabajos ya hechos, que tiene expuestos: llaveros de todas clases, morrales, cinturones, cartucheras y fundas de navajas, bastones, garrotas y correas para los cencerros, cosas de cuero etc.

Me cuenta de su vida de trabajo y ya de jubilado y de su afición a la jardinería, los injertos y los bonsáis, que con orgullo me va enseñando en su patio, así como todo lo que tiene expuesto en el taller.
Mantiene esa tradición artesana bañusca, que poco a poco se ha ido perdiendo, como pasó con la cestería, el mimbre, el esparto o las sierpes, aunque Ángel aún sigue haciendo algunos trabajos de anea.
DMC.

EL CASTILLO DE BAÑOS Y LA LÁPIDA FUNDACIONAL
Hacía algún tiempo que no entraba al Castillo. El calor en el verano y por no “molestar” a Antonio o a Bernabé, en sus quehaceres lo habían pospuesto.
Ahora en octubre pasé un largo rato, primero yo solo y luego acompañado de Bernabé, que me estuvo explicando las catas, el aljibe y los proyectos que hay, sobre todo la limpieza del relleno de todo el perímetro. Ya en diciembre de 2005 el Ministerio de Cultura y la Consejería de la Junta de Andalucía, anunciaban la firma de un convenio para la restauración del Castillo de Burgalimar con un presupuesto de 770.000 €. Al día de hoy estas obras no se han iniciado, pero estaremos atentos.
El Castillo siempre trae recuerdos cuando de chicos correteábamos por sus almenas y adarves, dueños aunque inconscientes, de una pieza única de la arquitectura militar musulmana. Hoy nos vamos damos cuenta de lo que tenemos en Baños (no todos) y aunque lo hemos visto miles de veces, cada vez lo admiramos mas. La imaginación se dispara y sin darse uno cuenta, se traslada a otros siglos y parece que detrás de una almena o en las escaleras nos vamos a encontrar a los moros o los cristianos e incluso al Alcaide con su sequito.
En esta ocasión, si me llamó la atención, una vez comentado por Bernabé, la situación de la lápida fundacional, hoy medio desprendida, ya que intentaron robarla, o al menos bajarla y quizás una vez tirada, abandonarla. No solo debe volver a recolocarla, sino además sujetarla con una mayor contundencia.
Varias personas han sugerido, que se coloque una cadena abajo, en la esquina de la casa, para que no puedan subir coches, que pasan las noches en la puerta, por cierto cochambrosa y “sembrada” de botellas y otras cosas.
Seamos conscientes de lo que tenemos, pero también tenemos que impedir que otros lo vayan deteriorando. ¿De qué sirve que lo visiten cada día más turistas, si al final se llevan esa imagen tan poco favorable para Baños y sus habitantes?
Amemos lo que tenemos y seamos conscientes de su importancia y trascendencia y luchemos para poderlo trasmitir a nuestros descendientes.DMC.