Cuando habla por teléfono le llamo "Doña Concha" porque ella me llama "Don Diego". Y alguna vez he comentado este tema familiar.
Ella no sabia nada y al entrar en el comedor, tocando y cantando, se hecho a llorar, pero era la sorpresa, luego aplaudía, tiraba besos, cantaba las canciones. No se le ha olvidado y lo recuerda siempre.
A la mañana siguiente, globos y regalos por todas partes. Ramos de flores enviados de Baños y de fuera. teléfono sin parar.
A las 12 Don Manuel Casado, nuestro párroco tuvo la amabilidad y el magnifico regalo de celebrar la Santa Misa en casa. Todos al rededor de la Mesa, emocionados, participamos en lecturas, admonición, peticiones y acción d gracias,
La Misa que se ofreció por ella y de manera especial por los difuntos de los presentes, que era la familia y todo el personal de la casa.
La Misa que se ofreció por ella y de manera especial por los difuntos de los presentes, que era la familia y todo el personal de la casa.
Terminada la Misa brindamos por la homenajeada (mama con cerveza sin alcohol) y tomamos una muy rica paella, encargada a la Encina, que Miguel llevo a la hora fijada.
Tartas, una de ella confeccionada para este caso por mi hija, y una copa de champan (el momento lo pedía), terminaba la sencilla celebración de cien años de vida.
DMC