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30 enero 2011


PLAZA DE LOS DERECHOS HUMANOS
 DE BAÑOS DE LA ENCINA

Entre Amargura, Ancha, Jesús del Llano (Carril), Canteras y Mestanza. Es una placita, cruce de calles, con una farola en medio, que sirve para “dirigir” la dirección de los coches.

Lo importante de esta Plaza es el nombre. La Declaración  Universal de los Derechos Humanos de 1948, y sobre todo su cumplimiento. Que no  sea papel mojado.

Eleonor Roosevelt, con la Declaración es español

Los derechos humanos son aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos1 que incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna. Son independientes de factores particulares como el estatus, sexo, orientación sexual, etnia o nacionalidad; y son independientes o no dependen exclusivamente del ordenamiento jurídico vigente. Desde un punto de vista más relacional, los derechos humanos se han definido como las condiciones que permiten crear una relación integrada entre la persona y la sociedad, que permita a los individuos ser personas, identificándose consigo mismos y con los otros.



Habitualmente, se definen como inherentes a la persona, irrevocables, inalienables, intransmisibles e irrenunciables. Por definición, el concepto de derechos humanos es universal (para todos los seres humanos) e igualitario, así como incompatible con los sistemas basados en la superioridad de una casta, raza, pueblo, grupo o clase social determinados. Según la concepción iusnaturalista tradicional, son además atemporales e independientes de los contextos sociales e históricos.

Los derechos humanos, herederos de la noción de derechos naturales, son una idea de gran fuerza moral6 y con un respaldo creciente. Legalmente, se reconocen en el Derecho interno de numerosos Estados y en tratados internacionales. Para muchos, además, la doctrina de los derechos humanos se extiende más allá del Derecho y conforma una base ética y moral que debe fundamentar la regulación del orden geopolítico contemporáneo.

 La Declaración Universal de los Derechos Humanos se ha convertido en una referencia clave en el debate ético-político actual, y el lenguaje de los derechos se ha incorporado a la conciencia colectiva de muchas sociedades. Sin embargo, existe un permanente debate en el ámbito de la filosofía y las ciencias políticas sobre la naturaleza, fundamentación, contenido e incluso la existencia de los derechos humanos; y también claros problemas en cuanto a su eficacia, dado que existe una gran desproporción entre lo violado y lo garantizado estatalmente.

La doctrina ha realizado un importante esfuerzo por clasificar y sistematizar los derechos humanos. Normalmente se dividen en dos categorías: derechos positivos y derechos negativos. Los derechos negativos, como el derecho a la intimidad, se definen exclusivamente en términos de obligaciones ajenas de no injerencia; los derechos positivos, por el contrario, imponen a otros agentes, tradicionalmente –aunque ya no de manera exclusiva– el Estado, la realización de determinadas actividades positivas.

Luchemos para que los Derechos Humanos se extiendan a todos los hombres, a todos los países y a todas las Naciones.

DMC

CALLE CANTERAS DE BAÑOS DE LA ENCINA

Ahora no se ven las canteras, arranca de Mestanza; la recuerdo de solo la acera de dentro, de la derecha; aún queda alguna casa, bastante deteriorada y sin habitar.

Es la clásica casa de Baños; de una planta, puerta y dos ventanas a los lados, una de ellas dormitorio, la otra, la cocina, con fuego en el suelo, las trébedes, el  anafre, pucheros de barro vidriado, con las dos asas para darle la vuelta a la comida , la alacena como despensa; la mesa de madera, en el cajón los cubiertos; unas sillas de asiento de anea; un arca con pañito de adorno, alguna tinaja con su jarrillo de lata para sacar el agua y guardar en otras el pan, una pequeña con las aceitunas aliñadas y poco más.

La calle Canteras tiene una vista de ensueño; el Castillo y el Ruedo y las sierras colindantes. Hoy ya se construyeron casas en el otro lado, y  desde sus terrazas y salones, parece que se está flotando.

Esta noche de suave lluvia y humedad el Castillo emergía como un fantasma, pero la visión, la sensación, la grandeza, la lejanía, te llenaba el alma.

La semioscuridad, la iluminación, las sombras, te trasportaban a otras épocas de luchas, de asaltos y asedios, de conquistas, de otras gentes.

La vista de nuestro Castillo Milenario, desde todos los ángulos impresiona, a los que lo hemos visto desde que nacimos y a los forasteros, que nos visitan a diario y en mayor número los fines de semana. Los grupos que vienen, se pierden esta vista nocturna, con el aliciente de la fina lluvia, que sirve de cortina, de espejo, de reflejos múltiples, de neblina a lo lejos y de misterio.

Es una maravilla, un encanto, una preciosidad, para quedarse horas y horas en su contemplación, para recordar su historia, la de nuestro pueblo; sus épocas, sus penurias y sus momentos de esplendor , y como dos leones guardianes, siempre, siempre, el Castillo y la Iglesia, la Parroquial de San Mateo.

Llego hasta la calle Blas Infante, escaleras, casas nuevas y grandes; regreso, por Canteras, el agua dejo de caer; los reflejos de los charcos agrandan la calle, no pasa nadie, la calle esta desierta, algún sonido, voz o ruido, confirman que hay vida en las casas y que se retiraron a la intimidad de los hogares.

Yo sigo, en solitario, poco  a poco, mi camino, mi paseo, con mis pensamientos y mi cámara  y fotográfica, mi compañera y mi testigo.

DMC