El Presbítero Don Juan Jesus Forcada, en Baños, a 13 de
octubre de 1866 escribía en un informe, en relación con el Santuario, el Camarín
y el Cristo, hace 149 años
“D. Pedro García
Delgado Canónigo que fue de la Santa
Iglesia Catedral de Jaén, hace
más de dos siglos y sobre las ruinas de un santuario pequeño que se le
denominaba el Señor de la Luz y con las licencias necesarias, reedifico
sacándola de cimientos una majestuosa fábrica de piedra labrada, compuesta en
su parte del frente, de la Iglesia o
Santuario nombrado desde entonces del Santísimo Jesús del Llano sin duda por la
grande y magnifica extensión que hace corona del cerro en donde está situada;
detrás del dicho templo y formando poca saliente regular y uniforme en ambos
lados, está a la derecha la Sacristía y
habitaciones del Santero y su familia, que son muchas y espaciosas; y a la
izquierda, la hospedería con sus cuadras y aljibe. La fábrica de la Iglesia es en forma de cruz latina, espaciosa, de una
bóveda o cañón seguido, con su media
naranja en el crucero, adornada de pinturas al fresco de gran gusto y mérito,
formando el Altar mayor o Presbiterio un plano de regular altura y dimensiones
y adornado en la parte exterior del arco que da vista al camarín con marcos de
pintura en cobre de sumo mérito y antigüedad. El arco que da vista al camarín
desde la Iglesia en una construcción convexa a su interior y tan soberbio y
bien acabado que no se le nota la menor raja, a pesar de ser todo moldurado a
cincel formando labores con espejuelos de excelente y esmerado gusto; el resto
del Camarín, forma una circunferencia perfecta, con su magnífica y regular
cúpula, adornado todo de estatuas pequeñas y primorosas labores, de un mérito
majestuoso y excelente de todos los órdenes arquitectónicos, que forman un
conjunto tan bello, sublime y encantador, que el visitante se cree trasladado
fuera de las regiones de la tierra.
La efigie del Santo Cristo del Llano ocupa siempre un
pedestal de la misma fábrica y primor, el centro del Camarín en una Cruz de
madera, desde que la de plata robada en
1859 y hallada a los dos o tres días, fue conducida a la Parroquia, en cuya
Sacristía se conserva. El pueblo de Baños y los demás limítrofes, tienen a Este
Señor una devoción y un entusiasmo, que
raya en delirio; en efecto, no es menester más que ver una sola vez a aquel Señor crucificado, en su suntuoso y mitad poético
Camarín, para que no se olvide nunca.”
En los días del Quinario a Nuestro Patrón, siempre es bueno recordar y conocer nuestra historia
.DMC