1955. SE INAUGURA LA TRAIDA DEL AGUA A BAÑOS

Resulta cuando menos paradójico, que teniendo el pueblo el nombre por las fuentes y aguas que tenía, el agua en mis tiempos de chiquillo era un gran problema. El agua que es riqueza, salud y vida, para Baños era una de sus grandes preocupaciones.

Baños tenía fuentes muy ricas y abundantes. La Cayetana, a la bajada de las colas, la Salsipuedes, donde el hombre primitivo tuvo su asiento, el Socavón y la serie de pozos que rodeaban el pueblo: Vilches, Luzonas, los Charcones, Nuevo, y Pilares, como el de la Iglesia, el de la Virgen o el Pilarejo de la leyenda y un gran número de pozos en las casas, en muchas de ellas de medianería.

Pero se inició el Pantano del Rumblar en los años treinta y ya hacia 1940 estaba embalsado, por lo que las fuentes mas importantes quedaban gran parte del año sepultadas. Se inician gestiones con la Confederación del Guadalquivir, pero en los años de la posguerra, fueron años muy difíciles, escaseaba todo y de manera muy especial en Baños, el agua.

Recuerdo de niño, como no había agua corriente en las casas [mis padres la pusieron ya en el 1962]. En esta existía un pozo que se compartía con los vecinos, pero el agua era tan mala que para lavar, en las tinajas donde estaba la pila, se le ponían ceniza, era la "clarilla" una especie de lejía y así el jabón hacía espuma. El jabón se hacia también con los turbios del aceite, jabón que aún se sigue haciendo en el pueblo, ya en cantidades pequeñas pero sigue siendo magnifico.

Las siestas eran “mortales” por el mucho calor y la poca agua. Un pequeño barreño se ponía en el patio al sol y allí, cuando tocaba el primero para la Doctrina Cristiana (los martes si mal no recuerdo a las 5 de la tarde con D. Manuel ) me metian en el agua y me "duchaban" con un jarro .

Mi padre nombrado Alcalde en febrero de 1952, tenia como una de sus prioridades, el impulso del agua, pero las dificultades era muchas y el dinero escaso. El agua vendría de Gorgogil, a muchos kilometros de Baños. Hoy cuando vamos por la sierra, aun nos acercamos a coger unas garrafas. Gestiones en Jaén y en Madrid, promesas, dificultades sin numero y ya se empezó a vislumbrar poco a poco una realidad, que parecía muy lejana. Personal técnico, el Ingeniero, que inmediatamente en Baños le pusieron el mote del “Hombre Rana“, zanjas, cañerías que ya llegaban al pueblo y las fuentes.

Y por fin con procesión, palabras y gran solemnidad, se inauguraba oficialmente la traída del agua el día 4 de septiembre de 1955, hace ya 51 años y autoridades, junto con el clero y todo el pueblo asistimos a ese momento mágico, en el que al apretar el botón de la fuente de la calle Fugitivos, entrada a la Cestería y la de la calle, curiosamente nombrada, Salsipuedes, brotaba el agua necesaria y deseada. D. Manuel Álvarez Tendero, párroco de feliz memoria, que era un dignísimo maestro de ceremonias, revistió con dalmatitas, además de los monaguillos de “plantilla”, como Salvador "el Nene" o los Polos, a otros del pueblo, que con las vinajeras de plata recogieron, las primeras el aguas que salieron del grifo.

La traída del agua era una realidad, el sueño y el afán delAyuntamiento , pero el caudal escaso, y averías frecuentes, determinó que hubiera restricciones, grandes colas y monumentales peleas, en las que se “tupían” las mujeres y llegaban a las manos, con arrastre del pelo incluido y rotura de cantaros. Desde casa era un espectador de primera fila.

Se fueron haciendo otras fuentes, en lo alto de la calle Mestanza, Santo Cristo, Jardines de la Cruz, Molino de Viento o Cooperativa, para poco a poco ir pasando la red por todas las calles, para la posterior acometida.

Ya hemos olvidado las penurias y las alegrías y la mayoría, no puede pensar que hace unos años Baños no tenia agua corriente. Este año de 2006, está siendo extremadamente seco; en la semana del 19 de septiembre el Pantano del Rumblar tienía 15 hm3, lo que supone sólo el 11,90% de su capacidad.

Al recordar aquellos tiempos, mantengamos la conciencia de que el agua es un bien escaso en España y que debemos conservarla y para ello, entre otras cosas, no podemos malgastarla.

Diego Muñoz-Cobo. Santa Cruz de Tenerife, 25 de septiembre de 2006