ANTONIO CESPEDES “LARUTA” 1919-2000

Terminaba agosto. En Baños con un calor insoportable. Me acerco a la nave-taller de Faustino Céspedes, que aún está de vacaciones, lo acompaña Salvador Álvarez.

Con Faustino quiero hablar de su padre, de Antonio, de “Laruta”. Me dice que nació en 1919, en abril, el 14.Su padre, que era “aperaor” en La Campiñuela, se llamaba Faustino y su madre Ana Dolores. Trabaja en el campo y ya muy joven se le oye cantar muleras, serranas, malagueñas, cantos de trilla en la casa, en el pueblo y en el campo.

Hace la “mili” en Tarifa y conoce y se relaciona allí con Juanito Valderrama y con Diego Piñero.

Pero a él le llamaban “Campanita”, por lo inquieto y pizpireta que era, era y siempre fue un buscavidas.

Para Baños Laruta es la saeta, por lo menos ese es el recuerdo que guardo. Me dice Faustino que su saeta era la de Marchena, pero él le dio su impronta y la hizo propia.

Regresa de la Mili, se casa y se dedica al trato de ganado y también es matarife con Miguel Moreno, hasta 1965, que emigran a Madrid, como tantos otros. Recuerdo verlo por allí. Su casa se convierte en la sucursal de Baños, además de el matrimonio y sus 4 hijos alojan en temporadas a Yuyo, Ñoño, Vicente y otros mas. En Madrid tiene una memorable actuación en la Casa de Málaga, donde lo invitan a cantar de manera habitual.

Regresan de Madrid en los años ochenta a Baños y sigue con sus tratos y sus asuntos. Muere en Noviembre de 2000 y me coge en Baños. Aun se me ponen los pelos de punta al recordar, cuando en el zaguán de la Iglesia le cantaron antes de partir el feretro para el cementerio.
Lo recuerdo, desde pequeño, en las matanzas de casa, por la plaza, por el campo, en la fábrica, con su garrotilla delgada y juguetona, como él, que no paraba. Lo recuerdo en los cantes de Semana Santa, los Pregones, el Sermón, desde la baranda de la Iglesia o las saetas por las esquinas y desde balcones y ventanas.
Es una pena que no podamos tener una Antología de sus cantes, quedan algunas cintas. Los miembros de la Peña Flamenca, que lleva su mote por nombre, tenemos la obligación de recopilar y editar su cante, sus fotografías, noticias, premios y todo lo relacionado con su memoria, para que no se olvide y además, para poder trasmitirlo.
Faustino ya en la casa me regaló una copia de la poesía que el le dedicó y le leyóy que, gustosamente copio, con su autorización y mi agradecimiento:


A MI PADRE

Esa voz azucarada
De ruiseñor mañanero
¡Cuánto vale esa garganta!
Que puso Dios en tu cuerpo

cantando has puesto Bandera
y como maestro saetero
también al canto de trilla
le adornaste con tu acento.

Le distes a la Serrana
sabor a jara y romero
y al cante por Malagueñas
azúcar con tu gorjeo.

persona alegre y sencilla
con el grande y el pequeño
¡Marchante! Donde los halla
que también sabes hacerlo.

Te has ganado con tu saber
el cariño de tu pueblo.
Y te aplauden cuando cantas
Saetas al Santo Entierro.

Y siento en el corazón
una alegría absoluta
Cuando dicen en la calle
¡Guarden silencio señores!
Que está cantando Laruta.

Faustino Céspedes



A continuación, la letra que iba incluida en un dibujo, de una bañusca y admiradora que le entregó a la Peña, como homenaje a Antonio Céspedes “LARUTA”.




IN MEMORIAM

Silencio de una voz ahogada.
¡Antonio!....
¿Dónde estás?
Ausente.
¿Quién va a cantar?
¡La gente!

Que es mi deseo postrero
Que a mi Señor del “maero”
No le falte una saeta.
¡Que resuenen las cornetas!
Y el pueblo estalle en clamores
Cuando pase por la calle
La Virgen de los Dolores

(P. Blanco. Marzo, 2001)