He vuelto a Galicia, en menos de un mes, del 21 al 25 de mayo, para hacer otro curso, entrando ahora por Vigo hacia Bamio. Este curso, mas técnico, y distinto al anterior, otros compañeros, tantos que es difícil conocerlos a todos en 3 días. Tormentas y aguaceros, oñor a tierra mojada, pero la Ría siempre merece la pena, sus vistas, los amaneceres y sus atardeceres, tan lentos, tan claros, tan serenos.
Carril y la cena tradicional, Villagarcía en fiestas, y visita a Padrón; vamos dejando la tormenta atrás. Nos caen unas gotas gruesas, y entramos en una pulpería y pedimos pimientos, empanada, tortilla de patatas, chorizos caseros, cerveza y buen vino y un exquisito pulpo, como todo lo que se como en esta tierra y damos un paseo por el interesante pueblo.
Desde el atrio del Convento del Carmen, podemos ver el valle que forman los ríos Sar y Ulla, donde se encuentra la Villa de Padrón. El Convento se construye en el primer tercio del siglo XVIII gracias a la intervención de Alonso de la Peá y Montenegro, obispo de Quito (1596-1687), quien donó cuarenta mil duros para su fundación. Se inauguró en 1752 y en su interior pueden contemplarse hermosas tallas de prestigiosos artistas gallegos.
Al pie del Convento se encuentra la Fuente del Carmen, con imágenes y relieves que recrean escenas de la tradición xacobea, ya que Padrón es pieza primera y fundamental en el Camino de Santiago. Aquí recaló la nave que trasportaba el cuerpo del Apóstol y en esta tierra estuvo enterrado.
El Puente, que completa el conjunto del Carmen, fue construido a mediados del siglo XIX y sustituyó a uno anterior que fue destruido por una fuerte inundación.
Cruzando el Puente de Santiago encontramos, a la izquierda, la Iglesia Parroquial de Padrón que se levanta sobre el lugar que antes ocuparon otras tres iglesias. La actual se construye bajo la advocación de Santiago a mediados del siglo XIX con una fachada totalmente simétrica y, a la derecha, el Paseo del Espolón.
En el Paseo del Espolón, quizás uno de los más hermosos de España, se encuentra el Monumento a Rosalía de Castro, construido en memoria de la genial poetisa y costeado por los padroneses del Uruguay, como la dedicatoria indica. Desde este punto experimentamos la sensación de encontrarnos bajo una gigantesca bóveda vegetal; el efecto lo producen las filas de plátanos que situadas a ambos lados del Paseo, la tarde está húmeda y a ratos llueve. En el n el otro extremo del paseo del Espolón, se levanta el Monumento a Cela, donde el escultor ha sabido captar en bronce esa cara de pocos amigos que tenía el escritor. Por la derecha transcurre el río.
Por las calles Fondo de Vila y Herreros, llegamos a la Plaza de Macías. Inaugurada en 1920, reúne un conjunto de edificaciones rematadas en hermosas galerías y está dedicada al poeta enamorado
Muy cerca de la Plaza nos encontramos un hermoso edificio del siglo XVIII que hoy alberga la Casa del Concejo, con las oficinas municipales. En la fachada destaca el escudo de la villa y un reloj, rematándose el conjunto, muy bello, con un pequeño campanario.
Entramos en la Plaza de Baltar, en donde se encuentra una de las farmacias más antiguas de Galicia, y en la misma plaza, recientemente, se ha colocado un busto en bronce del insigne médico D. Manuel Baltar Santaló.
Nos encontramos con el Palacio del Obispo de Quito, edificación típica de las casas urbanas de Galicia del siglo XVII, destacando los soportales con arcos de medio punto en la planta baja y una planta noble con grandes ventanas. Dos escudos completan el interés plástico del edificio.
Y regresamos satisfechos de conocer un poco de Padrón, caminar por sus calles, rincones y plazas y degustar sus estupendas viandas. Tendremos que volver.DMC.
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