CÁNTICO ESPIRITUAL
¿Adónde te escondiste, Amado,
y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste
habiéndome herido;
salí tras ti clamando y eras ido.
Pastores, los que fueres
allá por las majadas al otero,
si por ventura vieres
aquel que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.
Buscando mis amores
iré por esos montes y riberas;
no cogeré las flores,ni temeré a las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.
¡Oh bosques y espesuras
plantadas por la mano del Amado!,
¡Oh prado de verduras
de flores esmaltado!,
decid si por vosotros ha pasado.
Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura;
y, yéndolos mirando,con sola su figura
vestidos los dejó de su hermosura.
¡Ay!, ¿quién podrá sanarme?
Acaba de entregarte ya de veras;
no quieras enviarme
de hoy más mensajero
que no saben decirme lo que quiero.
Y todos cuantos vagan
.de ti me van mil gracias refiriendo,
y todos más me llagan,
y déjanme muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.
San Juan de la Cruz. Toledo, 1577.
[Nota: Se ha elegido el fragmento inicial, por ser muy larga la poesía]
[Poeta, con hondo sentido místico, nació en Fontiveros (Ávila) el 24 de Junio de 1542 y falleció en Úbeda (Jaén) el 14 de diciembre de 1591. Desde 1952 es el Patrono de los poetas de habla hispana]
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