SEPULTURAS Y TUMBAS DE BAÑOS
Sepultura esculpida en ese granito tan frecuente de nuestra sierra, la forma humana es tan clara y cierta, como se ve a simple vista.
La verdad es que el paisaje es maravilloso, el pasto verde y de mil colores, la sierra y la Huerta del Gato enfrente, Santa Amalia cerca, se recortaba a la atardecida en el horizonte, detrás, todas las Sierras de Jaén y Segura; ni un coche ni un ruido, solo las aves, la caida de la tarde, quizás los espiritus, las almas de cuantos estuvieron esterrados, que a la anochecida regresaban.
Mi hermano colocó la red y tocaba el reclamo, se oían las codornices, a los lados, se iban acercando, poco a poco, pero eran mas listas que nosotros, ese día no de dejó caer ninguna y no se pudo anillar. Para mi no importaba, la tarde era maravillosa, el sol caía, las sombras poco a poco, los tonos cambiaban, el cielo era un poema, descrito por el mejor poeta.
Pero en Baños hay mas tumbas, se conocieron las de Peñalosa, que enterraban en cistas, al lado o debajo de sus humildes casas. Quizás nuestros mas antiguos antepasados.
Luego están otros asentamientos, también relacionados, poco escavados, de Migaldias y Verónica.
El campo de Baños es todo un campo de tumbas; además de las del Bronce II, romanas, ibéricas, cristianas y árabes, han jalonado nuestros campos; han aparecido en le canino de la Virgen, donde hubo una colonia romana, unas villas de patricios que vivían en la ciudad de Castulo, han aparecido, trozos de estatuillas de mármol , sin duda de una fuente, tejas enteras, monedas sin cuanto y trozos funerarios, también cerca de la Virgen de la Encina, donde en época de las pestes estaba el lazareto.
Famoso el cerro de las sepulturas, del que me han hablado personas de Baños, y al que no he podido ir, donde hay cientos de ellas.
El Castillo cementerio durante noventa y ocho años, lo hemos conocido lleno de tumbas, hasta que en los años cincuenta se empezaron a llevar los restos al Cementerio municipal, y las iglesias. Recuerdo cuando se sustituyó el pavimento de la parroquia de San Mateo, estaba llenita, hasta la altura de los altares.
El culto a los muertos ha existido en todas nuestras culturas, se pensó en un mas allá, y se adornaban con enseres, y se dejaban alimentos y vasijas, para el transito al mas allá.
Hoy se incineran los cuerpos, y he visto como se expanden las cenizas en sitios tan emblemáticos y bellos, como el Tamujoso o los rincones de las colas en Migaldias.
Siempre le hombre ha querido que los muertos descansen en paz y han buscado sitios tranquilos silenciosos, recoletos, apartados. Ese es mi deseo ¡Que descansen en paz!.
DMC
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