ARICO: LEVANTANDO LAS PARRAS

Hoy 31 de mayo, he ido con Juan de peón a Arico a levantar las parras.
Ya a las siete me recogía en casa y media hora, despues de buscar un bar abierto y tomar café, estábamos en el tajo, una huerta (así las llaman) sembrada de papas y en los bordes, las parras.
Como peón le daba la rafia, para ir atando los sarmientos, y las orquillas, para levantarlas, así los racimos no darán en el suelo, y además quedaran fuera de los lagartos, muy abundantes en la zona.
Al mismo tiempo íbamos quitando las hierbas, que crecen cerca de las cepas, muchos hinojos y ortigas; las manos, enrojecidas, picaban.
El día magnifico, sin viento; la cordillera del Teide a un lado y el mar, tranquilo y sereno abajo; se veían los tractores y las gentes del pueblo que iban a sus trabajos.
Paramos a media mañana a desayunar: embutido variado, muy bueno, con pan muy crujiente con aceite de Baños, y vino blanco de la cosecha pasada, sacado del barril, con una temperatura estupenda.
Pasó Guillermo a tomar un vaso a la bodega de Juan y fuimos a su bodega, allí tinto, con tomates aliñados y de “postre” un vaso de blanco, trasparente, riquísimo, un poquito abocado, pero ha ido perdiendo el dulzor y entra muy bien.
Guillermo tiene allí en la bodega (se ve en una de las fotografías), el plano de Baños y los folletos que le dieron en la Oficina de Turismo, cuando estuvieron en marzo, así - me decía - recomiendo a los amigos a que visiten el pueblo.Quedó asombrado del pueblo, de la carne de monte, de los espárragos, de la peña flamenca, del aceite, del pueblo en si, del Castillo y la Parroquia, pero sobre todo, del Santuario de Jesús del Llano y del Camarín. No se lo podían creer, que allí en Baños hubiera esa maravilla; venían de Granada y la misma Cartuja, le parecía, una imitación.
No terminamos la faena, levantamos dos tercios, unas setenta parras, de esa huerta, hay que volver, pues queda otra huerta.

Guillermo nos regaló un saquillo de papas negras, eso es un manjar; son para arrugar "papas arrugas", por dentro amarillas como yema de huevo, son una delicia. Gracias Guillermo, siempre tan cariñoso y en Baños no queria llevarse una jarra de aceite que le tenia preparada...
Siempre me gusta y es muy grato para mi, regresar a Arico, el pueblo es pequeño, ya nos vamos conociendo con los vecinos, y luego con esos amigos tan buenos, es una alegría, sin tener que nombrar el vino, excelente.
DMC