CALLEJÓN DEL CASTILLO
No me olvidaba ayer del Callejón del Castillo; en el centro de Baños y sin embargo casi escondido, para que se encuentre, por sorpresa.
Recóndito, fresco, con las casas de piedra, los geranios y otras flores en las ventanas, entrada hacia el Castillo Milenario.
Al doblar al fondo, la vista es impresionante; la Almena Gorda se ve en toda su grandeza, inmensa, con toda la fuerza, con esa piedra gastada por el tiempo y pulida por miles de ojos, que la admiraron.
En la entrada, la antigua casa de la juventud, vivía la Crista en un cobertizo, hoy sede de la Oficina de Turismo y en el piso de arriba, la sala de ensayos de la Banda de Música.
Es agradable pasar y oír la música, la repetición, las palabras del director, y vuelta a empezar la melodía : luego se ven salir a los jóvenes músicos, con sus maletas acolchadas, con la flauta travesera, el saxo tenor, el clarinete, o la tuba o cualquier instrumento, guardado con esmero, con mimo pasada la bayeta , limpio, inmaculado, preparado para el próximo ensayo, dormido, esperando que pronto, lo despierten y salgan esas notas maravillosa y esos sonidos únicos.
Hay otro callejón, este sin nombre, sin rotulo, de la calle la Cruz a Industria, y al fondo el Ruedo, con toda su belleza e inmensidad. Un balcón para disfrutar y mira, y ver.
DMC
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