LOS SANTOS EN BAÑOS
Baños ultima los preparativos de los Santos, ya se ha comprado “el ato”, en el que no falta de nada. Pude comprobarlo el año pasado, que estuve en varias Peñas y grupos. Parece que el tiempo acompañará, ese es mi deseo, aunque el sábado y el domingo podría llover y si todos tienes las precauciones necesarias serán unos Santos, hasta el día uno de noviembre, para el recuerdo.
Pero no es la tradición, la que dice, como se lee en la página de Baños, “que las campanas de la Iglesia de San Mateo no dejaban de tocar a muerto…”.
No es la tradición, yo fui testigo, y como monaguillo participaba de ese “tañer a muerto” toda la noche. Revestidos, con sotana y roquete, salíamos por las calles de casa en casa, pidiendo “para los tocaores de la parroquia” (ya lo he dicho alguna otra vez), con una canasta, de varetas de olivo, claro, un saco, o unas talegas (las bolsas de platico llegaron mucho después), para ir guardando lo que amablemente nos daban: Harina, castañas, melones, granadas, y algunas perras y pesetas. Lo que faltaba se compraba y arriba, donde las campanas, nos preparábamos para pasar la noche y estar tocando a muerto. Teníamos nuestro anafre y brasero, porque solía hacer mucho frio allí, y al ser mas bien casi niños, ni vino ni otras bebidas alcohólicas nos lo podían quitar, solo la juventud, unas buenas gachas, batatas y castañas y la gana de pasar la noche en la torre.
A la mañana siguiente, muy temprano, se cogían las jaulas, la liria y todo lo necesario, y andando, como era natural, solíamos ir a lo alto del Pilar de le Virgen, donde hay un buen paso de pájaros, nuestro chaparro, las cañas, los espartos y trascachados y helados a esperar que fueran cayendo. Una lumbre, nos servía para calentarnos y para asar los chamarines, verderones, colorines y lo que iban cayendo. A medio día ya cansados volvíamos al pueblo, porque luego tendríamos que acompañar a Don Manuel Álvarez, el Párroco, a los responsos del cementerio.
Hoy esa costumbre de juntarse e irse del pueblo, se ha extendido tanto, que Baños queda solitario, y la Sierras, las casillas, las carpas y tiendas de campaña, inundan los alrededores, y hoy con los coches, los grupos electrógenos, se tienen mas comodidades, y en ese caso, se puede disfrutar mas, o al menos de manera distinta.
Yo solo haría un “pedido” como dicen en Sudamérica: Que cuiden el campo, que no dejen basura, que se recojan los desperdicios, que el lugar que ocupen, si cabe, lo dejen mas limpio que lo encontraron. Algunos años daba vergüenza, asomarse un poco a los pinos y ver lo que no se debe ver en el monte.
Y ¡Que se diviertan! Este es mi deseo desde la distancia, como siempre.
DMC
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