CALLE MESTANZA. DE BAÑOS DE LA ENCINA
Camino de Mestanza, hay que tener en cuenta que Baños estaba muy mal comunicada; caminos malos y muy peligrosos, con ese paso de Despeñaperros, infestado de bandoleros, asaltantes y gente de mal vivir.
Baños por su situación y por su ganadería, tenía su natural salida a la Mancha y a tierras de pastoreo en verano, por la Sierra. Solo había que vadear los ríos, que normalmente se podía hacer con facilidad por los pasos habilitados, para personas, caballerías de acompañamiento y carga y ganado.
Mestanza está más alto que Baños a 760 metros, tiene una población actual de unos 800 habitantes.
Los estudios, y sobre todo los veranos haciendo las Milicias Universitarias, hizo que no pudiera realizar un sueño, que era hacer la Vereda, desde Baños a Serranía acompañando el ganado, con el Valenciano, como habíamos proyectado. Unos veinte días, al ritmo de la manada, pero ya estaba muy bien medido y sabias donde dormir, los descansos de los acompañantes y del ganado, que después de estas caminatas adelgazaban bastante. Esa fue una de las ultimas que se hicieron, era complicado, se habían o se estaban perdiendo las veredas reales, y se impuso la mecanización. Cada vez faltaban más los vaqueros, Era un viaje romántico, sin duda, ero duro,
En el principio de la calle, hay una fuente, de 1956, creo que se puso en la segunda fase, era problematiza, subía mal el agua, y en ocasiones se tenían que cortar las de la parte baja del pueblo.
Recuerdo a mucha gente que vivió allí, y de estar en sus casas, entre otros José el mulero, Sole Ortega cerca del Cuartel de la Guardia Civil; allí vivió mi padre, era la casa de mi tío bisabuelo Juan, por eso donde esta ahora el Torreón del Recuerdo, era conocido por el muro de “Don Diego”.
Enfrente, vieron mis tatarabuelos Don Joaquín Jiménez y Pérez de Vargas y Doña Catalina Josefa del Mármol y Salido, Patronos de Sangre (de la familia del fundador) en el Santo Cristo, y en documentos de 1866, se dice que en el número diez de la calle Mestanza tenía “su casa morada”. La casa paso a su hijo Don Bernardo, hermano de mi bisabuela Juana y sus hijos, pero el que vivió hasta que falleció en trágico accidente de circulación un 28 de diciembre era Don Joaquín Jiménez Brull.
Una noche, estando yo de aceituna y solo en casa de mis padres (ellos y mis hermanos estaban en Linares donde vivíamos), me invitaron a cenar. Él era abogado, muy culto y su mujer, tía María Nieves de exquisito trato y muy cariñosa. Tomábamos un Jerez previo a la cena, mientras comentábamos las incidencias de la recolección, cuando me contaron que habían estado en Biarritz, y que habían comprado una vajilla irrompible, de unos nuevos materiales, que habían inventado los franceses, que era maravillosa, que era aún difícil de comprar en España, y esas cosas.
Yo, lógicamente, quedé sorprendido, tendría 17 años, y mi tío Joaquín apoyado en la repisa de la chimenea , que cubría todo un testero de la habitación, y que calentaba esos días de enero tan fríos, en esas casas tan grandes, tomo un vaso de duralex , lo subió hasta la altura de sus ojos, y me dijo: ”Veras sobrino, ¡que maravilla!”. Lo soltó a plomo y se hizo añicos, quedando un poco aturdido. Mi tía y yo nos sonreímos, mientras Juana, la cocinera venía con un recogedor.
Hoy la casa palacio está hecha una ruina, y siempre que paso, no quiero ni mirarla; en algunas zonas se han caído los canalones, el enfoscado de balcones y ventanas se desprende a la menor ráfaga de viento y es una pena que una de las mas típicas casas de labor de Baños, se hunda sin remedio.
Y doblando la esquina, otra fuente de la entrada de Salsipuedes, sigo por el Cotanillo, pero será otro día.
DMC.
1 comentario:
Ahora sí le tocó a la calle donde nací , me crié.
Gracias.
Siempre me pregunté el por qué el nombre de calle Mestanza, a mí me gustaba más Fernando III el santo
Saludos.
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