PLEGARIA A LA VIRGEN DE LA CAPILLA
DE MI BISABUELA Dª JUANA JIMÉNEZ DEL MÁRMOL
Mis bisabuelos Diego y Juana en 1889, con mi tía Concha |
Mi bisabuela paterna, nacida en Baños en 1846, cuando publica la poesía tenía 20 años. Su madre, mi tatarabuela Doña Catalina del Marmol y Salido, había fallecido en febrero de 1859, cuando Juana tenía sólo 13 años. Ella falleció en Arjonilla, donde está enterrada, en 1908. Mi padre que nació en 1909, me contaba, que le pusieron Juan por su Abuela. Mi abuelo Luis, el mas pequeño de los hermanos, quería muchisimo a su madre y siempre hablaba de ella. En el testamento pide que se le entierre con su madre.
Dadme la lira, espíritus
que en celestial acento
cantáis que es un portento
de María la virtud;
prestarme vuestras voces,
y hasta su trono santo
elevará su canto
mi destemplado laúd.
Canoras avecillas
cuyos acordes trinos
como cantos divinos
mil veces escuché;
prestadme vuestras lenguas,
mandadme su armonía,
y cantaré a María
el canto que soñé.
Risueñas auras puras
que os mecéis gozosas
en las copas frondosas
del tilo y del azahar;
llevad, llevad mis voces
donde mora María
y allí con alegría
cantadle mi cantar.
Y tu virgen purísima,
madre de la Capilla,
estrella en donde brilla
de Dios el gran poder;
escucha mis acentos,
inspira tu mi mente,
y mi plegaria ardiente
que llegue hasta tu ser.
Tu, Madre, que eres puerto
de paz y de ventura
do encuentra la criatura
a rigor a tu pesar,
consuélame, Señora,
que a ti acude ferviente
mi corazón doliente
que llora sin cesar.
Soy huérfana en el mundo;
murió mi madre un día,
llevando mi alegría,
dejándome dolor;
quedeme sin su amparo,
vertiendo triste llanto,
llorando mi quebranto,
sin madre sin su amor.
Entonces Virgen pura,
sedienta de consuelo,
una mirada al cielo
con ansia dirigí;
y allí sobre una nube,
cubierta de grandeza,
radiante de belleza,
tu rostro hermoso vi.
Te invoqué, Madre tierna;
secándose mis ojos,
y postrada de hinojos
humilde te adoré.
lloraba sin ventura
y tu me consolabas;
mi madre me quitabas
y otra Madre encontré.
Esa eres tu, María,
m Madre, mi ansia loca,
A ti mi pecho invoca
en medio su aflicción;
tu eres mi ser, mi todo,
mi faro, mi ventura,
a ti su oración pura
dirige el corazón.
Y esos tus brazos dulces
llenos de paz y encanto
y de cariño santo,
que tan hermosos vi,
tiéndelos, Madre mía,
que de tu ser destellos
me estreche yo con ellos,
viviendo asida a ti.
Juana Jiménez del Mármol, Baños, 1866
2 comentarios:
Preciosa la poesía a la Virgen de la Capilla, además de ser un documento histórico, pero lo que más me ha llamado la atención es que tuviera su abuela el mismo nombre que mi abuela y que perdiera a su madre a los trece años, igual que mi abuela.
Saludos.
Era mi bisabuela, la abuela de mi padre, Vivía en la casa que se hunde ahora, frente al antiguo Cuartel.
Saludos
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