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09 noviembre 2011


OCHOCIENTOS AÑOS DE LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA.
BAÑOS DEBE DE PARTICIPAR EN LOS ACTOS CONMEMORATIVOS.

EL próximo día 16 de julio de 2012, se cumplirán 8 siglos de una de las más famosas batallas de la historia de España, y que tuvieron una importancia decisiva en la Reconquista.

La Batalla de Las Navas de Tolosa, llamada en la historiografía árabe Batalla de Al-Uqab (معركة العقاب), y conocida simplemente como «La Batalla» en las crónicas de la época, tuvo lugar el 16 de julio, lunes,   de 1212 cerca de la población jienense de Navas de Tolosa. La victoria permitió extender los reinos cristianos, principalmente el de Castilla, hacia el sur de la península Ibérica, entonces dominada por los musulmanes.

 Esta decisiva batalla fue el resultado de la cruzada  organizada en España por el rey Alfonso VIII de Castilla, el arzobispo de Toledo Rodrigo Ximénez de Rada y el papa Inocencio III contra los almohades musulmanes que dominaban Al-Ándalus desde mediados del siglo XII, tras la derrota del rey castellano en la batalla de Alarcos (1195), que había tenido como consecuencia llevar la frontera hasta los Montes de Toledo, amenazando la propia ciudad de Toledo y el valle del Tajo.

 Al tenerse noticia de la preparación de una nueva ofensiva almohade, Alfonso VIII, después de haber fraguado diferentes alianzas con la mayoría de los reinos cristianos peninsulares, con la mediación del Papa, y tras finalizar las distintas treguas mantenidas con los almohades, decide preparar un gran encuentro con las tropas almohades que venían dirigidas por el propio califa Muhammad An-Nasir, el llamado Miramamolín por los cristianos (versión fonética de «Comendador de los Creyentes», en árabe). El rey buscaba desde hacía tiempo este encuentro para desquitarse de la grave derrota de Alarcos.

 Las tropas castellanas al mando del rey Alfonso VIII de Castilla, el alma de la batalla y el coordinador, junto con 20 milicias de Concejos Castellanos, entre ellas las de Medina del Campo, Madrid, Soria, Palencia, Almazán, Medinaceli, Béjar y San Esteban de Gormaz. Constituían el grueso de las tropas cristianas y rondaban los 50.000 hombres. Su abanderado era don Diego López II de Haro, quinto señor de Vizcaya. A este caballero encomendó Alfonso VIII el reparto del botín tras la batalla, del que dicen las crónicas castellanas que no se quedó nada para su propio provecho.

 Las tropas de los reyes Sancho VII de Navarra, Pedro II de Aragón y Alfonso II de Portugal. Sumaban unos 20.000 hombres, en su mayoría aragoneses Almogavares que al año siguiente lucharían en la Batalla de Muret. Las tropas portuguesas acudieron a la llamada de cruzada, pero no contaron con la presencia de su rey.



 Un gran número de cruzados provenientes de otros estados europeos o ultramontanos, llamados así por haber llegado desde más allá de los Pirineos. Estos guerreros, en su mayoría franceses, llegaron atraídos por el llamado del Papa Inocencio III, quien a su vez había sido contactado por el Arzobispo de Toledo Ximénez de Rada. Su número es discutible, pero se cree que pudieron llegar a los 30.000 hombres, si bien muchos de ellos no llegaron a participar en la batalla. Entre los convocados extranjeros figuraban también tres obispos, los de las ciudades francesas de Narbona, Burdeos y Nantes.

 El ejército cristiano tenía un tamaño de 70.000 combatientes, frente a los 125.000  del Califa almohade Muhammad An-Nasir (Miramamolín para los cristianos, que sufrieron una derrota impresionante, al tener en cuenta que mientras el ejército cristiano tuvo 2.000 muertos se contaron más de 90.000, en  la coalición musulmana.

En los "Anales" de don Martín Ximena,  escribe mi padre en su libro “Baños de la Encina: Un viaje po su historia milenaria” se inserta copia de un libro en pergamino "que guarda la cofradía de la Santa Cruz de Bilches cassi desde que se ganó aquella" y dice entre otras cosas:

                               "De lo que hicieron los moros después de la batalla con sus gentes. Fecho esto e acabado, algunos de los nuestros fueron a cercar el Castillo de Bilches, que era muy fuerte. E nos, al tercer día que fué Miércoles fuimos allá, e tomaron los Reyes a Bilches e a Bannos e a Castro Ferrat e a Tolosa e de aquel día en adelante fueron Christianos e lo son oy día. Esse día moramos aí, dexamos bien poblado el castillo de Bilches, e de todo lo que avía menester e de muy buena gente" (Anales. Ximena, pág. 109).

                Así es que, según relato que es del arzobispo don Rodrigo, asistente a la batalla y cronista de ella, el Castillo de Baños se tomó a los tres días después de la batalla de las Navas, o sea, el 19 de julio de 1212, aunque se perdió para los cristianos poco después.

                En la carta enviada por Alfonso VIII al Papa Inocencio III dándose  cuenta de la victoriosa jornada en la que le acompañaron, como es sabido, Sancho VII el Fuerte de Navarra y Pedro II de Aragón, "con cuyo valor los moros enflaquecían" según Argote, escrita con muchos  pormenores y que vio en Roma don García Lasso de la Vega, embajador de los Reyes Católicos, se dice:

                               "... El día tercero precediendo, vinieron a ciertos reales dellos  -se refiere a los moros- conviene a saber, Vilches, Baños y Tolosa, los cuales tomaron  incontinenti..."

    Por estas razones, estimo que Baños, por su gran importancia y sin duda por la participación en la batalla, tiene que estar en el comité organizador y en los actos conmemorativos, que se están programando  para el año 2012.     
    

DMC.


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