VIERNES SANTO. MADRUGADA. SAN JUAN
El discípulo amado detrás del Maestro, entre la Virgen y Jesús.
Lazo de unión.
Ahí tienes a tu madre, le dijo desde la cruz,
ahí tienes a tu hijo.
Más entrega y más nonación no es posible.
Si Pedro lo negó por tres veces, San Juan,
estuvo a su lado siempre, recostó su cabeza en el pecho de Jesús.
¡Que cosas! Oiría los latidos del corazón del
Señor. ¡Que privilegio!
Siempre al lado de Jesús y al lado de María,
en el Gólgota, en la muerte horrorosa, en esa , la mayor afrenta que una madre
pude presenciar.
La mañana muy fría y los niños, muchos que
tiene la Cofradía se incorporarían en el Santo Cristo.
San Juan, con esa cara serena señala a su
Maestro, que va a la muerte, humillado, azotado, coronado de espinas, escupido,
abofeteado.
Tanta saña, tanta tortura, tanta burla, tanto
desprecio eran necesarios.
Perdónanos Señor.
DMC
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