Me gusta ir siempre que puedo hasta el
Santuario de la Virgen de la Encina. El camino entre olivares y la Cuesta de los
Santos.
En esta época la retama amarilla contrasta con el verde del olivo.
Jesús del Camino es parada obligatoria. Ya se
ve el Santuario, la primera plegaria, el primer recuerdo. A María por Jesús.
Hay dos grupos de celebración; paro un
momento doy la vuelta y me paro en la fachada.
Me siento, pegado a la fachada y me embarga el
sentimiento. Allí me senté muchas veces con mi padre. Se fumaba un cigarro, descansábamos
y a la sombra, comentábamos de todo, del campo, del tiempo, de Baños, de su historia.
Me encuentro morriñoso y regreso, por medio de
los olivares, al camino de Enmedio y el pueblo.
La Virgen que estaba allí desde simpre, en
medio de los olivares, “La chiquitilla e los olivares”, tuvo que venir a la
Parroquia.
Me gustaba cuando estaba en el Santuario.
DMC
2 comentarios:
Sería lo suyo Diego, siempre hasta mediados del siglo pasado hubo santeros que cuidaban la iglesia, esta, estaba abierta para todo aquel que quisiera pasar un rato con la virgen, ahora con esta crisis que tenemos a lo mejor a cambio de vivienda podría haber alguien interesado en cuidar la ermita y su entorno, llevar a la virgen a su casa y cada domingo hacerle misa, poner a la venta recuerdos al igual que en la virgen de la Cabeza o el Rocío y tener a nuestra patrona donde nunca debió salir "su casa" puede que sea un atrevimiento por mi parte hacer este comentario...De todos modos puede que sea un sueño mío.
Saludos de un paisano Diego
Un sueño maravilloso. No es imposible. Lugar de encuentro, de peregrinar, de oración, de plegaria,
Saludos
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